CDMX.- Iniciar su mandato con amenazas y ultimatums no parece el camino más inteligente para el nuevo líder del PAN, Jorge Romero. Con una participación mínima de militantes que apenas refleja apoyo real, Romero debió asumir su nuevo rol con humildad y claridad. Sin embargo, su reacción altanera y desafiante hacia el gobierno federal sugiere que sus prioridades están en otro lado.
La presidenta de morena , Luisa María Alcalde, ha señalado públicamente lo que muchos piensan en silencio: Romero tiene explicaciones pendientes sobre su supuesto vínculo con el llamado “Cártel Inmobiliario” en la Ciudad de México.
Más allá de sus palabras de desafío, el nuevo dirigente debería enfocarse en esclarecer su papel en un escándalo que ha ensuciado al PAN en la capital del país.
No olvidemos que no solo las voces de Morena cuestionan sus presuntos nexos: hasta el expresidente Felipe Calderón ha mencionado a Romero como parte de esta red de corrupción que, según denuncias, ha beneficiado a desarrolladores inmobiliarios a costa del bien común y el desarrollo ordenado de la ciudad.