MÉXICO. Con una firme apuesta por la soberanía energética de México, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció un cambio trascendental: las reformas constitucionales en marcha permitirán que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) vuelvan a ser empresas públicas, centradas en el servicio al pueblo y en la recuperación de su función estratégica en el sector energético.
Durante su conferencia de “La Mañanera del Pueblo”, explicó que la reforma busca no solo rescatar la autonomía y eficiencia de estas instituciones, sino también sentar las bases para un modelo energético sustentable y equitativo, en el que la energía se administre pensando en el bienestar de los mexicanos. “Queremos que el control de los recursos energéticos esté en manos del Estado, para asegurar tarifas accesibles y servicios de calidad, especialmente en las zonas de altas temperaturas donde el aire acondicionado es indispensable,” subrayó.
Si bien el sector privado continuará participando en el mercado, el nuevo esquema establece que la CFE generará el 54 por ciento de la energía del país, mientras que el 46 por ciento restante estará a cargo de empresas privadas, bajo una regulación transparente y orientada a los objetivos nacionales.
Esta participación equilibrada y regulada busca corregir los desequilibrios que surgieron con las reformas pasadas y establecer una planeación energética que garantice seguridad y desarrollo para México, permitiendo que el país mantenga un control estratégico sobre sus recursos.
El decreto firmado el pasado 30 de octubre por la presidenta marca un cambio en el modelo de operación: Pemex y CFE dejarán de ser empresas productivas del Estado para volver a sus orígenes como empresas públicas.
La medida, inspirada en la reforma impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador en 2021, representa una nueva etapa para estas entidades, que funcionarán ahora con una estructura enfocada en el beneficio social y en la restauración ecológica, un tema de alta prioridad en la administración actual.
Uno de los aspectos destacados de este cambio es el papel de la CFE en subsidiar tarifas eléctricas en zonas vulnerables y de temperaturas extremas, con un presupuesto destinado de 40 mil millones de pesos. Este subsidio, puntualizó Sheinbaum, garantiza que los ciudadanos en zonas cálidas tengan acceso a energía asequible para necesidades básicas como el aire acondicionado.