CAMPECHE. El malecón de la ciudad vibró con música y emoción durante la tercera edición del concurso de disfraces “La Ruta del Pixán”, organizado por la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC).
Ayer por la noche, más de 200 participantes y más de 800 campechanos presentes, se dieron cita para disfrutar de un evento que fusionó el arte del disfraz con el espíritu festivo de la comunidad campechana. Esto bajo la atenta mirada de la titular de la SPSC, Marcela Muñoz Martínez.
Junto con el jurado calificador por Bernardet Manzanilla Casanova, Norma Lladó Zetina, Fidel Caro Herrera, Walther Patrón Bacab y Juan Manuel Herrera Real, premiaron los disfraces más creativos y aterradores. Estos se llevaron a casa una moto, patines, Alexas, tabletas y muchos regalos.
La creatividad de los campechanos no tuvo límites. Durante semanas, los participantes se prepararon para asustar y sorprender, personificándose en catrinas, calacas y hasta el icónico Beetlejuice. También se hicieron presentes leyendas locales como el Huay Kekén, la Llorona y el Charro Negro, quienes desfilaron en una pasarela que se convirtió en un espectáculo visual.
En el ámbito infantil, el primer lugar fue para un pequeño que se disfrazó de “pescador de almas”, el 2 “La maldición de Lorencillo” y el 3ero “Catrina Campechana”. La categoría juvenil destacó con “Catrina” en primer lugar, “Despertar del Demonio” en segundo y “Charro Especial” en tercero.
Para los adultos, los premios fueron otorgados a “El Ente Prehispánico”, “La Calabaza Maldita” y “El Exorcista”, mientras que las mascotas también dejaron su huella con el primer lugar para el “Alebrije”, seguido del “Duo Calavérico” y “El Xoloitzcuintle”.
Muñoz Martínez no escatimó en elogios hacia los participantes, reconociendo su esfuerzo y destacando que “La Ruta del Pixán” es un espacio para la libre expresión, donde cada persona puede vestirse de aquello que más le inspire. La noche fue animada presentación musical del grupo Tuluú y la academia de arte Diana Castillo.
Con esta celebración, Campeche no solo demuestra su talento y creatividad, sino que también reafirma su compromiso con la cultura y las tradiciones, convirtiendo el malecón en un lugar donde el miedo se encuentra con la diversión.