Grupo Cotemar México (GCM), una de las empresas más influyentes en el sector energético mexicano, ha sido durante años el epicentro de una red de influyentismo y contratos millonarios sin licitación, operando al margen de la ley y la ética.
Detrás de una fachada de eficiencia y profesionalismo, Cotemar, fundada en 1979 por Mario Dávila Dávila (+) y María Cristina Lobo, y que hoy dirige Alejandro Villarreal Martínez, ha sido señalada por su implicación en tragedias mortales, negligencia operativa y un historial de impunidad.
A su paso deja vidas humanas, recursos naturales devastados y una relación simbiótica con Pemex que, lejos de frenarse, sigue creciendo con la complacencia de las autoridades.
A pesar de las explosiones fatales en plataformas petroleras, como la de E-Ku A2 en 2021 y Nohoch Alfa en 2023, en las que murieron nueve trabajadores, la empresa ha continuado recibiendo contratos multimillonarios.
Lo más alarmante es que estos contratos han sido otorgados sin licitaciones abiertas, en un proceso que parece diseñado para favorecer a Cotemar, incluso después de evidentes violaciones a las normas de seguridad y protocolos industriales.
En lugar de ser castigada por sus fallos, Cotemar ha sido recompensada, revelando un ciclo pernicioso de corrupción y negligencia.
Lo que podría haber sido un llamado a la rendición de cuentas y a la mejora de las condiciones de seguridad en la industria petrolera ha sido reemplazado por un ciclo de impunidad y colusión.
Sin embargo, hoy, con la llegada de Víctor Rodríguez Padilla como nuevo director de la Empresa Productiva del Estado, la operación, concesiones y contratos están bajo lupa, debido al horror causado por tantas tragedias.
CONTRATOS BAJO SOSPECHA
El camino hacia los millonarios contratos que Grupo Cotemar ha acumulado está pavimentado con sospechas.
Entre 2013 y 2024, la empresa ha recibido 89 mil 176 millones de pesos en contratos con la petrolera mexicana Pemex, de los cuales 86 mil 363 millones fueron entregados de forma directa sin licitación alguna.
Es destacable que entre 2013 y 2015 la empresa aparece en el portal de contratos de la petrolera mexicana con siete contratos por 18 mil 897 millones de pesos, mientras que en el sexenio de Romero Oropeza, específicamente de 2021 al 19 de septiembre de 2024 —dos semanas antes de terminar el sexenio—, Cotemar firmó ocho contratos con Pemex por un total de 70 mil 279 millones.
De estos, cuatro —firmados entre 2022 y 2024, incluyendo el del 19 de septiembre— fueron adjudicados mediante asignación directa e invitación restringida por un monto global de 69 mil millones de pesos. Un verdadero regalo para una empresa en la que han perdido la vida algunos de sus trabajadores.
Estas asignaciones directas desatan múltiples interrogantes sobre los criterios utilizados por Pemex para justificar el continuo favoritismo hacia la empresa, que en los últimos años ha mostrado un preocupante historial de seguridad.
LES DAN ‘CHEQUE EN BLANCO’
A pesar de que la ASF ha hecho observaciones y existen expedientes abiertos ante la Secretaría de la Función Pública por irregularidades detectadas años atrás, estos problemas no fueron impedimentos para asignarles jugosos contratos.
Bajo el mandato de Octavio Romero Oropeza, quien se comprometió ante el Presidente a erradicar la corrupción y las prácticas poco transparentes en la empresa, el caso de Cotemar resulta
una contradicción flagrante.
“El problema aquí no es solo la cantidad de contratos, sino la forma en que se otorgan. Esto no es un proceso competitivo;
es un cheque en blanco para una empresa con un historial dudoso”, denunció un funcionario del sector energético, quien prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias en las licitaciones.
El patrón es claro: Cotemar ha sido sistemáticamente favorecida a través de asignaciones directas. Esto significa que ninguna otra empresa tiene la oportunidad de competir por estos contratos, lo que genera fuertes sospechas de influyentismo.
Durante años, la empresa ha mantenido relaciones estrechas con altos ejecutivos de Pemex, lo que ha permitido que los contratos sigan fluyendo a pesar de los constantes accidentes y las violaciones a las normas de seguridad laboral.
EMPRESA PREDILECTA
Cotemar no es la única empresa acusada de beneficiarse de la falta de licitaciones abiertas y competitivas. Sin embargo, su caso es el más emblemático debido a la magnitud de los contratos y la gravedad de las tragedias que la rodean.
Desde 2021, Cotemar ha sido adjudicataria de al menos tres contratos millonarios, por un valor total superior a los 70 mil millones de pesos, lo que ha consolidado su posición como una de las proveedoras predilectas de Pemex.
“Lo que estamos viendo es un ejemplo de cómo la corrupción se disfraza de política energética. Cotemar es el gran beneficiado de este esquema de asignación directa que excluye cualquier tipo de competencia justa”, comentó Eduardo Gómez, ex funcionario de la empresa productiva en Tabasco.
