CAMPECHE.- Con profunda devoción y fervor, fieles campechanos celebraron el cierre de los festejos en honor al patrono Diocesano, el Cristo Negro Señor de San Román, con la tradicional y solemne Procesión de las tres Puertas, conmemoración que data de hace 459 años de su llegada a la ciudad.
Desde tempranas horas, el ambiente en las calles estaba cargado de expectación y fe. Los corazones vibraban al unísono, conscientes de la magnitud espiritual de este evento. El Cristo Negro, en todo su esplendor, fue escoltado por cientos de fieles que, con velas encendidas y oraciones en los labios, acompañaron su recorrido sagrado.
La procesión estuvo presidida por el Obispo, Monseñor José Francisco González González, cuya presencia serena y atenta fue un faro de guía para todos. No hubo detalle que escapara a su mirada, siempre pendiente de cada momento, cada gesto y cada expresión de fe.
La cercanía de Monseñor con sus feligreses fue uno de los momentos más emotivos, irradiando una cálida alegría que iluminó el camino de todos los que participaron. A medida que la imagen sagrada avanzaba por las tres puertas, los susurros de plegarias y cánticos se fundían con el crepitar de las velas y el eco de los pasos sobre las antiguas calles campechanas.