En la última gira de trabajo con el actual mandatario federal por Nayarit, en un discurso lleno de nostalgia y visión, Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, habló con admiración sobre el legado de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Para ella, su figura trasciende la política y se convierte en un símbolo de la dignidad recuperada de u país marcado por décadas de corrupción y privilegios.
Asimismo, enfatizó que la Cuarta Transformación, es más que un proyecto político: es un movimiento que ha devuelto al pueblo la esperanza y el orgullo de ser mexicano.
Cabe destacar que, en los últimos meses, Sheinbaum Pardo ha viajado junto a López Obrador, observando de primera mano las obras que este deja como testamento de su gobierno. El Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles, los programas sociales que han alcanzado a millones.
Pero más allá de las cifras y los proyectos, lo que la presidenta electa resalta es el cambio de mentalidad que ha provocado el humanismo mexicano, la filosofía central
de esta transformación. Un humanismo que se construye sobre los cimientos de las grandes civilizaciones indígenas y de los movimientos revolucionarios de la historia nacional.
El énfasis de Claudia Sheinbaum en el “ humanismo mexicano” tiene un mensaje claro: el país ya no está gobernado por la lógica de los poderosos, sino por los principios de equidad y justicia social. Y aunque el sexenio de López Obrador está a punto de concluir, ella promete continuar con esa misma ruta, asegurando que no habrá marcha atrás al régimen de privilegios que caracterizó al México del pasado.
En sus palabras, la presidenta electa, deja en claro que la transición no será simplemente un relevo, sino una continuidad que afianzará los logros de la administración saliente. Programas como las becas universales para estudiantes y los apoyos para mujeres mayores de 60 años son parte de ese compromiso.
