MÉXICO- Durante el VII Congreso Nacional Extraordinario de MORENA, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, trazó una hoja de ruta clara para la nueva dirigencia del partido.
En un discurso cargado de principios y advertencias, dictó un decálogo que los líderes morenistas deberán cumplir. El objetivo, mantener la esencia de la Cuarta
Transformación y evitar los errores que han destruido a otros movimientos. El primer punto de su decálogo fue un llamado a la unidad, una virtud que MORENA ha defendido a lo largo de su historia. “No es trivial la unidad que hemos logrado”, advirtió Sheinbaum Pardo.
Al referirse a movimientos fallidos en otras partes del mundo y a la propia derecha mexicana, criticó las divisiones internas generadas por la ambición y la traición a principios.
“No apostemos nunca a la división interna, jamás”, sentenció, señalando que es precisamente la cohesión la que ha permitido a MORENA transformar el panorama político.
E n u n s e g u n d o p u n t o , Sheinbaum Pardo criticó la parafernalia del poder y el consumismo, vicios que, según ella, corrompen el espíritu de los movimientos populares. “Comportarse con honestidad y sencillez”, indicó, recordando que MORENA no debe caer en los errores de los antiguos regímenes que privilegiaron el dinero y el poder sobre el bien común. En su visión, la sencillez y la honestidad no son solo valores morales, sino estrategias políticas que preservan la legitimidad del partido.
El tercer y cuarto punto refuerzan estas advertencias. Sheinbaum fue enfática al pedir que se eviten el amiguismo y el nepotismo, males que históricamente han minado a otros partidos.
A la par, subrayó que MORENA no debe convertirse en un “partido de Estado”, lo que significa que no debe ser instrumento del poder en turno, sino del pueblo, conservando su independencia y espíritucombativo.
Entre los compromisos que resaltó en su decálogo, también se incluye el fortalecimiento del Instituto de formación política, una estructura fundamental para mantener la cohesión ideológica del partido.
En el sexto punto, llamó a mantener la movilización social, recordando que MORENA surgió desde las bases y no debe perder ese contacto vital con la gente.
El séptimo punto es, sin duda, uno de los más polémicos: la elección de candidatos mediante tómbolas. En un entorno político donde las candidaturas plurinominales son a menudo vistas como espacios de poder reservados a las élites, Sheinbaum Pardo defiende la tómbola como un mecanismo para evitar favoritismos y garantizar la representatividad democrática.
“Mientras sigan existiendo los candidatos plurinominales, que salgan de las tómbolas”, insistió.
En cuanto al gobierno, la presidenta electa fue clara: la austeridad debe ser un principio inquebrantable para los gobiernos morenistas.
Además, en el noveno punto, subrayó la necesidad de evitar cualquier colusión con la delincuencia organizada, un peligro que amenaza la legitimidad de cualquier gobierno.
Finalmente, Sheinbaum cerró su decálogo pidiendo evitar el clasismo y el machismo, males que fracturan la sociedad y contradicen los principios de igualdad que MORENA defiende.
Este decálogo es más que una lista de recomendaciones; es una declaración de principios que marca el rumbo del partido y de la nueva etapa de la Cuarta Transformación.
Claudia Sheinbaum ha dejadoclaro que MORENA debe evitar caer en las mismas trampas que llevaron al declive a otros partidos. La unidad, la honestidad y el apego a los principios serán clave para preservar el movimiento que, bajo su liderazgo, sigue marcando el futuro de México.
