MÉXICO.- El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), resaltó la reducción de la pobreza durante su mandato, afirmando que, aunque sus adversarios no lo reconozcan, para él es un motivo de orgullo.
También aseguró que, a días de finalizar su gobierno, el peso no se devaluará, algo que no ocurre desde el sexenio de Luis Echeverría. Agradeció al pueblo de México y afirmó haber servido con dedicación y amor.
A días de concluir su mandato, ha dejado en claro que la reducción de la pobreza es uno de los logros más significativos de su gobierno. En un país donde durante décadas la desigualdad y la corrupción fueron el sello de las administraciones anteriores, López Obrador no solo ha enfrentado estos problemas, sino que ha transformado radicalmente las prioridades del gobierno hacia la justicia social y el bienestar del pueblo.
Para él, y para millones de mexicanos, esta transformación es un motivo de orgullo que sus adversarios prefieren ignorar.
Bajo la Cuarta Transformación, la pobreza dejó de ser una estadística ignorada para convertirse en una prioridad nacional. A pesar de los obstáculos, el mandatario federal ha logrado disminuir significativamente los índices de pobreza, demostrando que una política orientada al bienestar de las mayorías puede generar cambios reales y profundos.
Los críticos, que durante año se beneficiaron de un sistema que marginaba a las clases más desfavorecidas, se niegan a reconocer este logro. Pero como el mismo presidente ha expresado: “para mí es un timbre de orgullo”. Y con razón.
La Cuarta Transformación no ha sido solo una lucha por la justicia social, sino también un compromiso con la estabilidad económica. A pesar de los pronósticos alarmistas de sus detractores, el peso mexicano se ha mantenido estable durante todo su mandato, algo que no se había visto desde los tiempos de Luis Echeverría.
Cabe destacar que López Obrador, ha logrado evitar la temida devaluación del peso, garantizando con ello un entorno económico que protege el poder adquisitivo de las familias mexicanas. Este logro no es menor, especialmente si consideramos que en administraciones anteriores, como la de Ernesto Zedillo, la inestabilidad financiera fue una constante.