MÉXICO- Respecto a la opinión que hizo Ernesto Zedillo, de que estamos viviendo una dictadura, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), respondió que sólo hace el ridículo. Con esta declaración, el actual Jefe del Ejecutivo no solo desestima la opinión de Zedillo, sino que la coloca en el contexto adecuado: como un intento burdo de deslegitimar un gobierno que ha hecho más por el pueblo que muchos de sus antecesores.
Es irónico que Zedillo Ponde de León, un personaje marcado por decisiones tan controvertidas como el Fobaproa y la represión en Acteal, sea ahora elevado por la oposición como una voz de autoridad moral. El actual mandatario no dejó pasar la oportunidad para recordarnos quién es realmente Ernesto Zedillo.
El mismo hombre que privatizó los ferrocarriles, que expulsó ministros de la Suprema Corte, que traicionó a Carlos Salinas de Gortari y que eliminó las pensiones a los adultos mayores, ahora se presenta como el “nuevo héroe” de una oposición desesperada por atacar al actual presidente.
Pero López Obrador no se limita a responder con hechos. Va más allá y señala la hipocresía de quienes lo acusan de autoritarismo, cuando han sido ellos, los que hoy lo critican, los responsables de decisiones devastadoras para el país. ¿Cómo puede hablar de dictadura quien colocó a México en una crisis financiera tras el “error de diciembre”, una debacle de la que millones de familias aún no se recuperan?