MÉXICO.- El desfile cívico-militar del pasado 16 de septiembre marcó no solo una celebración patriótica, sino también un momento histórico para las Fuerzas Armadas de México. En medio del protocolo, las palabras del almirante José Rafael Ojeda Durán y del general Luis Cresencio Sandoval González dejaron en claro el mensaje: las instituciones militares están listas para una nueva era, bajo el mando de Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer presidenta de México.
Las declaraciones del almirante Ojeda Durán, al rendir homenaje a la presidenta electa, son más que un simple reconocimiento protocolario. Reflejan un cambio de paradigma, tanto en el país como en sus instituciones más tradicionales.
“Los mexicanos estamos listos para tener como presidenta a la primera mujer en nuestra historia”, dijo con firmeza, haciendo eco del sentimiento de muchos que ven en el próximo gobierno una transformación profunda en la política mexicana.
Este gesto de respeto y subordinación de la Secretaría de Marina es también un recordatorio del papel fundamental que juegan las Fuerzas Armadas en el sostenimiento del orden democrático.
La frase citada por Ojeda Durán, de Guadalupe Victoria, “cuando el pueblo salta sus barreras, casi ningún esfuerzo es bastante poderoso para detenerlo”, no es solo una referencia histórica, sino un reconocimiento de la voluntad popular expresada en las urnas.
En una nación donde las instituciones militares tienen un peso considerable en la vida pública, que sus líderes se alineen con la continuidad democrática es un mensaje de estabilidad y respeto por las reglas del juego.
Por su parte, el general Sandoval González reiteró la disposición del Ejército y la Fuerza Aérea para enfrentar los desafíos que vendrán con la nueva administración. Su discurso fue breve, pero efectivo: las Fuerzas Armadas están listas para caminar al lado del próximo gobierno, continuando la labor de garantizar la paz y seguridad del país.
El último desfile encabezado por Andrés Manuel López Obrador como comandante supremo también fue un acto de rendición de cuentas, como lo expresó el propio almirante Ojeda: “hemos dejado el corazón en cada uno de estos proyectos”.
La relación entre López Obrador y las Fuerzas Armadas ha sido singular, marcada por la confianza mutua y una creciente participación militar en diversas áreas de la administración pública.
El reconocimiento del almirante hacia el mandatario fue claro: “amor con amor se paga”, una frase que López Obrador popularizó y que ahora es adoptada por quienes lo acompañaron en sus seis años de gobierno.
