MÉXICO.- La presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, decidió ratificar al actual titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Antonio Martínez Dagnino, para encabezar el organismo en su próxima administración.
Esta determinación no solo refuerza la confianza en la continuidad del equipo económico que ha manejado las finanzas del país, sino que también representa un mensaje claro de estabilidad y profesionalismo en uno de los sectores más cruciales de la política pública: la recaudación fiscal.
Sheinbaum no ha dudado en respaldar la labor de Martínez Dagnino y su equipo, señalando su honestidad y profundo conocimiento de las finanzas públicas.
En un país donde la eficiencia tributaria es vital para financiar los proyectos sociales y de infraestructura que tanto necesita, mantener a un funcionario de la experiencia y capacidad de Martínez Dagnino parece una decisión acertada.
Su historial en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), donde participó en la supervisión de capital y liquidez de las instituciones financieras, es un aval de su capacidad técnica y de su compromiso con el manejo responsable de los recursos públicos.
La continuidad en el SAT no es menor. En tiempos recientes, el SAT ha jugado un rol crucial en la estrategia del actual gobierno para aumentar la recaudación
sin incrementar impuestos, enfocándose en el combate a la evasión fiscal y el fortalecimiento de la cultura tributaria. Antonio Martínez Dagnino ha sido una pieza clave en la implementación de estas políticas, por lo que su permanencia garantiza que las acciones ya emprendidas no solo se mantendrán, sino que probablemente se profundizarán.
El enfoque de Sheinbaum en la continuidad también se refleja en su decisión de mantener prácticamente intacto al equipo de Hacienda. Solo habrá un cambio en la Subsecretaría de Egresos, con la salida de Juan Pablo de Botton y la llegada de Bertha Gómez, proveniente de la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México.
Este cambio parece más un ajuste técnico que una modificación estructural, lo que refuerza la idea de que la próxima administración buscará afianzar los avances logrados en el manejo de las finanzas públicas durante los últimos años.
Lo que Sheinbaum está construyendo es un mensaje de estabilidad y profesionalismo en un área que, tradicionalmente, genera incertidumbre cuando se trata de cambios de gobierno.