MÉXICO.- La esposa del presidente de México, Beatriz Gutiérrez Müller, habló con serenidad y franqueza sobre su rol en la vida pública, señalando que acudió a un evento reciente a petición personal de su esposo, Andrés Manuel López Obrador.
“Acepté porque es una buena oportunidad de despedirnos”, expresó, mientras aclaraba su postura de largo tiempo respecto a su participación en el gobierno.
Desde antes de que López Obrador llegara a la presidencia, Gutiérrez Müller ya había decidido que no asumiría el rol tradicional de “primera dama”. Tras reflexionarlo detenidamente, optó por no involucrarse en lo que describió como “la decisión rancia de ser primera dama”.
Para ella, su llegada al ámbito político fue accidental, y es enfática en que sus actos son los que la definen: “Me pueden llamar como quieran, pero lo importante son los actos. Me quedo con los actos propios que me respaldaron”.
Gutiérrez Müller subrayó un punto crucial para ella: en democracia, el pueblo vota por el candidato, no por su familia. Con firmeza, insistió en que es necesario erradicar la idea de que los familiares de un mandatario también deben estar involucrados en el gobierno.
“Somos una familia feliz, pero nos hemos apoyado muchísimo”, compartió, refiriéndose a la relación con su esposo. Añadió que, si López Obrador encuentra paz y felicidad en Palenque o incluso en África, ella lo apoyará incondicionalmente, siendo testigo de su trabajo y de los sacrificios que ha hecho.
“Ha sido un gran mexicano, un mexicano opositor, soy testigo de sus esfuerzos y emociones”, afirmó. Sin embargo, Beatriz aclaró que no lo acompañará en esta nueva etapa, ya que su prioridad es su hijo menor, cuya presencia considera fundamental en su desarrollo.
Admitió que la mayor carga de esta tarea recaerá sobre ella, pero dejó en claro que el vínculo con su esposo se mantendrá fuerte, con visitas frecuentes.