MÉXICO.– El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue contundente al aclarar que su propuesta de reformar el Poder Judicial no representa ninguna demolición.
Enfatizó que su propuesta busca fortalecer el sistema para erradicar la corrupción y garantizar la justicia.
Así, el Jefe del Ejecutivo, fue tajante, en su crítica hacia el Poder Judicial, calificándolo de “podrido” y “decadente”, y destacando las prácticas de nepotismo y protección a la delincuencia de cuello blanco que, según él, han imperado en el sistema. Su propuesta de reforma, que incluye la elección de jueces y magistrados por voto popular y un mayor control del Consejo de la Judicatura, pretende transformar lo que percibe como una de las últimas barreras para la verdadera regeneración del Estado mexicano.
La postura de López Obrador no es nueva. Desde que asumió la presidencia, ha hecho de la lucha contra la corrupción y la democratización del poder judicial una prioridad.
Argumenta que, mientras el Poder Ejecutivo y el Legislativo ya han sido reformados bajo su administración, el Poder Judicial ha permanecido intacto y necesita un cambio radical para estar en sintonía con las demandas de una sociedad que exige justicia real.
Sin embargo, la ministra presidenta de la SCJN no está de acuerdo con esta visión. Norma Lucía Piña Hernández ha presentado una propuesta alterna que, en lugar de recurrir a lo que considera medidas extremas, como la elección popular de jueces, busca fortalecer la independencia y eficiencia del sistema judicial a través de reformas estructurales que promuevan la transparencia y la rendición de cuentas.
