MÉXICO– En su Sexto Informe de Gobierno, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), una vez más, mostró su habilidad para conectar con el pueblo, pero esta vez lo hizo exhibiendo las manipulaciones del Poder Judicial tanto a trabajadores como a estudiantes de Derecho como a entrometidos extranjeros como el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar.
Ante un Zócalo abarrotado, y con la marcha de estudiantes de Derecho a favor del Poder Judicial desarrollándose a pocos kilómetros, López Obrador lanzó una consulta popular improvisada sobre uno de los temas más controversiales de su administración: la reforma judicial.
Con una pregunta directa y cargada de intención, el Jefe del Ejecutivo cuestionó al pueblo sobre quién debería elegir a los ministros de la Suprema Corte de Justicia: ¿el presidente y los senadores, o el pueblo? La respuesta fue unánime y contundente: “El pueblo”, tronaron los asistentes. Este ejercicio, realizado a mano alzada y sin oposición visible, no solo buscaba reafirmar su postura ante los suyos, sino enviar un mensaje claro y directo más allá de las fronteras.
El presidente, con la destreza retórica que lo caracteriza, aprovechó el momento para dirigirse a los “vecinos” del norte, recordándoles que la democracia en Estados Unidos comenzó con la elección popular de jueces.
Fue un recordatorio de que México, bajo su mandato, sigue su propio camino soberano, incluso si este desafía los principios establecidos por su socio comercial más cercano.
Mientras la multitud coreaba “¡Fuera Piña!”, en referencia a la ministra Norma Piña Hernández, López Obrador continuó su discurso, lleno de confianza y, como él mismo admitió, de diversión. Su risa, dijo, era una expresión de satisfacción por lo que él considera una sucesión asegurada en la persona de Claudia Sheinbaum, a quien describió como una mujer excepcional que garantizará la continuidad de la transformación que él ha iniciado.
Esta consulta simbólica, que tuvo lugar en la plaza pública más importante del país, se da en medio de un tenso intercambio de comentarios entre el presidente y el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, sobre la reforma del Poder Judicial.
El embajador, reflejando la preocupación de su gobierno, ha advertido que dicha reforma podría poner en riesgo el sistema de contrapesos de poderes y, por ende, las inversiones internacionales, especialmente las relacionadas con el T-MEC. La semana pasada, López Obrador respondió con una acusación de injerencismo, subrayando la soberanía mexicana, mientras que el gobierno estadounidense mantuvo su postura crítica.