MÉXICO.- El Tren Maya, el ambicioso proyecto ferroviario que ha capturado la atención del sureste mexicano, finalmente se puso en marcha en diciembre de 2023. Con 24 estaciones distribuidas a lo largo de 904 kilómetros, este colosal, recorre cinco estados: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En tan solo unos meses, ha logrado movilizar a más de 340 mil turistas, tanto nacionales como extranjeros, destacándose como una pieza clave en la estrategia de desarrollo turístico y económico de la región.
Este proyecto ha reunido a un conglomerado de actores tanto públicos como privados, con empresas como ICA y Mota Engil, así como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), jugando un papel crucial en su ejecución.
El director del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura, Edmundo Gamas, ha señalado que una de las secciones del Tren Maya que realmente tiene sentido es el tramo entre Mérida y Tulum, debido a su valor como corredor turístico.
Este tramo no solo conecta dos de las ciudades más importantes de la Península de Yucatán, sino que también se alinea con la dinámica de crecimiento y desarrollo que la región ha experimentado en las últimas décadas.
Sin embargo, queda la pregunta de si el Tren Maya es realmente la solución que el sureste mexicano necesitaba. A pesar de su potencial para impulsar el turismo y dinamizar la economía local, el proyecto ha sido criticado por sus impactos ambientales y las implicaciones sociales que ha generado en las comunidades locales.