MÉXICO.- La presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, confirmó el inicio formal de la transición presidencial, programado para finales de agosto, con la administración saliente de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Este proceso, que marca el traspaso de poder en la federación, estará encabezado por dos figuras clave: Luisa María Alcalde, actual secretaria de Gobernación, y Rosa Icela Rodríguez, quien tomará las riendas de dicha secretaría en el nuevo gobierno.
El anuncio no es sorpresa, pero sí un paso crucial en el proceso democrático. El Diario Oficial de la Federación (DOF) ya ha sentado las bases y los mecanismos, confirmados también en el Periódico Oficial de la Federación (POF) el pasado 21 de agosto. Sheinbaum lo dejó claro en una reciente conferencia de prensa, indicando que la Mesa de Coordinación para la Transición se instalará formalmente en los próximos días.
Es un proceso inevitable, pero de una importancia trascendental para garantizar la continuidad de las políticas y proyectos, que es lo que realmente define a cualquier transición presidencial.
Más allá de los formalismos, Sheinbaum subrayó que, aunque ya han existido conversaciones preliminares e intercambios de información, el periodo formal de transición tomará forma entre finales de agosto y septiembre, con la vista puesta en el 1 de octubre, día en que se formalizará su mandato.
Lo que observamos aquí no es solo el simple cambio de figuras en el poder. Es el engranaje de una maquinaria política que debe alinearse para mantener el ritmo de gobierno y asegurar que los compromisos, metas y promesas de la administración actual no se pierdan en el relevo.
