MÉXICO.- En la política económica del México reciente, las cifras y estadísticas suelen ser el campo de batalla donde se libran discusiones y se construyen narrativas. La reciente afirmación del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que cada mes 100 mil personas salen de la pobreza, no solo desafía el pesimismo de quienes insisten en ver un país estancado, sino que representa una victoria contundente sobre un sistema que por décadas relegó a los más necesitados.
Bajo administraciones anteriores, encabezadas por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cada mes 100 mil mexicanos caían en la pobreza. Hoy, López Obrador celebra que la realidad se ha revertido, logrando no solo estabilidad macroeconómica sino también un fortalecimiento del peso, un hecho sin precedentes en más de cinco décadas.
Esta hazaña no es solo un capricho de las finanzas; es el resultado de un enfoque que ha privilegiado a quienes más lo necesitan.
El cambio de rumbo en la política económica ha puesto en el centro a los sectores históricamente marginados. Los jóvenes, los adultos mayores, las mujeres y los trabajadores de menores ingresos han visto cómo su poder adquisitivo se recupera, cómo el empleo se mantiene y cómo la economía interna florece.
