MÉXICO.- La última gira de trabajo conjunta entre el Jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la presidenta electa Claudia Sheinbaum es más que un simple recorrido por los estados de Colima, Jalisco, Nuevo León y Michoacán, sino también un simbolismo potente: la conclusión de su recorrido conjunto por las 32 entidades federativas del país. Este acto final de la gira conjunta no solo resalta la transición política que se avecina,sino también la continuidad de un proyecto que ha sido central para la Cuarta Transformación.
Es destacable que López Obrador haya elegido cerrar su gira al lado de Sheinbaum, una figura que, según él, está destinada a ser “la mejor presidenta a nivel mundial”.
Su confianza en el futuro gobierno de Sheinbaum no es un simple cumplido; es una declaración que refleja la visión de un país que se prepara para un nuevo liderazgo, con la esperanza de que las políticas y los ideales que han marcado la actual administración continúen bajo su sucesora.
El presidente no dudó en elogiar a Sheinbaum, especialmente por su reciente discurso como presidenta electa, donde destacó la importancia de las mujeres en la sociedad mexicana. Este énfasis no es casual. En un país donde la lucha por la equidad de género ha sido larga y ardua, las palabras de Sheinbaum son una promesa de que su administración continuará avanzando en este terreno crucial.
Además, López Obrador subrayó la estabilidad y el bienestar económico que, según él definen la situación actual del país. En un contexto global incierto, su afirmación de que “la economía está muy bien, hay gobernabilidad” y que el futuro se vislumbra con esperanza, es un mensaje claro de continuidad y confianza.