MÉXICO.- La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se enfrentará a uno de los retos más significativos de su mandato al recibir un Petróleos Mexicanos (Pemex) endeudado. La gestión actual, encabezada por Octavio Romero Oropeza, no ha logrado cumplir con su compromiso de reducir la deuda con los proveedores.
Sheinbaum, consciente de la magnitud del problema, ha identificado a Pemex como una de sus principales prioridades económicas. Su plan incluye una “cirugía mayor” para revitalizar la empresa a través de una estrategia que abarca fortalecer la participación de la iniciativa privada, modificar el régimen fiscal y considerar la posibilidad de convertir la deuda de Pemex en deuda soberana.
A diferencia de la política seguida por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum planea fomentar la inversión privada en actividades de exploración y producción, aprovechando los esquemas legales ya establecidos por la reforma energética de 2013.
Esta estrategia incluye la reactivación de las rondas petroleras, que permiten la participación del sector privado bajo condiciones claras y beneficiosas para ambas partes. “Ya están establecidos los esquemas y todos estamos de acuerdo. No se requiere ningún cambio legal.
