MÉXICO.- Respecto al atentado contra Donald Trump, en la columna de PURGATORIO, se comentó que “tenía
sabor a montaje de un histrión político, capaz de hacer cualquier cosa con tal de ganar notoriedad, popularidad,
votos y poder”. Está opinión toma fuerza al conocer que:
En México, el AR-15 es la herramienta letal preferida de los cárteles para masacrar rivales y sembrar el terror en comunidades enteras. En Estados Unidos, este mismo rifle semiautomático se ha convertido en el arma de elección para extremistas que perpetran tiroteos en escuelas y espacios públicos. Al sur del Río Bravo, arrasa con pueblos enteros; al norte, con
multitudes que se reúnen en conciertos o centros comerciales.
Este artefacto semiautomático fue usado en un atentado contra el candidato presidencial republicano Donald Trump, fallando por apenas unos milímetros. En México, sin embargo, no falló en el asesinato de figuras prominentes como el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el cantante de corridos Valentín Elizalde, y el candidato a gobernador tamaulipeco Rodolfo Torre Cantú.
En ambos países, el AR-15 se ha convertido en un símbolo de la violencia incontrolada que parece no tener fin. En Estados Unidos, el AR15 apenas rozó al expresidente Donald Trump durante un mitin en Pensilvania.
