MÉXICO.- En un escenario político que se caracteriza por la constante especulación del distanciamiento entre la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo y el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han generado revuelo. Ella afirmó que nunca “pintaría su raya” con el actual Jefe del Ejecutivo, a lo que el mandatario respondió subrayando la verdadera naturaleza de su vínculo y los deseos de sus adversarios de verlos peleados.
“Ni yo soy cacique ni ella es pelele, somos compañeros y coincidimos porque defendemos la transformación que iniciaron millones de mexicanos”, subrayó.
Dejó claro que la línea divisoria se establece naturalmente desde el momento en que ella fue electa por el pueblo y asumirá sus funciones a partir del 1 de octubre. En ese instante, ella se convertirá en la titular del Ejecutivo y él en un ciudadano más.
Durante la conferencia de “La Mañanera”, reiteró su determinación de retirarse completamente de la vida pública una vez que termine su mandato.
“Ya no participaré en la vida pública, me retiraré, ya no replicaré, cancelaré mis redes sociales, no vuelvo a participar en ninguna actividad público-política, me dedicaré a escribir, me jubilaré y pediré licencia en MORENA,” manifestó, agregando que tiene “millones de amigos y pocos adversarios, no enemigos.”
Su deseo de desconectarse de la política es tan fuerte que incluso ha pedido a su familia que, en sus visitas, eviten hablar de política, prefiriendo conversaciones sobre temas más ligeros como la Liga Mexicana de Béisbol o la Serie Mundial. Esta decisión refleja su firmeza en dar un paso atrás y permitir que la nueva presidenta lleve las riendas del país sin su influencia directa.
