MÉXICO.- El presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció en contra de cualquier tipo de negociación para modificar la propuesta de reforma al Poder Judicial. “Qué reforma descafeinada ni que nada, qué es eso de descafeinada, tiene que ser de altura para que tenga sabor, fortaleza y aroma. Que sea el Legislativo el que decida”.
Criticó severamente las prácticas del pasado que permitían negociaciones que comprometían la integridad del sistema judicial. “No, no, no, eso es del tiempo de la corrupción y el autoritarismo, no debe haber ese tipo de negociaciones. Es una concertacesión, como en la época de Salinas”.
Recordó las reformas de Ernesto Zedillo que, aunque destituyeron a todos los ministros, fueron fruto de acuerdos que otorgaron beneficios a los involucrados sin resolver los problemas estructurales. El presidente fue enfático al afirmar que una verdadera crisis en el Poder Judicial requiere una transformación integral, no simples parches.
Aseguró que los jueces, magistrados y ministros que han desempeñado bien su labor no tienen nada que temer de este proceso. “No hace falta que renuncie nadie para sacar adelante este proyecto,” dijo, resaltando que la legitimidad de la reforma debe ser decidida por el Legislativo y, en última instancia, por el pueblo.
En este sentido, López Obrador insistió en que la solución a los problemas del país es siempre el camino democrático. “El mejor método para resolver problemas en el país es el democrático,” señaló, sugiriendo que la voluntad popular es infalible para determinar las necesidades y preferencias de la nación.
Al mismo tiempo, felicitó a los integrantes del Poder Judicial que han reconocido la necesidad de esta reforma, interpretándolo como un signo de comprensión y apertura al cambio.
