MÉXICO. Resulta criminal la manera en el que el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, está ahorcando a las empresas del sector petrolero, mientras él vive una vida de despilfarro, lujos y derroche.
Así lo expreso la vocera de la organización ciudadana Por la Defensa de Pemex, Mirna Guadalupe Hernández Torres, quien recordó que han sido escandalosos los contratos que se han adquirido por la petrolera nacional, para banquetes y comidas en las reuniones del director, que contrastan con la austeridad y humildad con que se conduce el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Recordó que a través de la licitación con terminación 2021-113- PMX, Romero Oropeza contrato un servicio de bebidas y alimentos de lujo para sus reuniones, por un monto de 40 millones de pesos, que incluyen carta abierta, banquetes ejecutivos; mientras que los trabajadores, pasan penurias ante la disminución de la calidad y la cantidad de lo que les suministran de comida, por el retraso en el pago a sus proveedores.
Hernández Torres explicó que algunas de las grandes empresas con la Pemex contrata obras, subcontratan a mediana y pequeñas compañías, las cuales se ven obligadas a contratar empréstitos para mantener este amplio margen de “crédito forzado”, sin embargo, “aun cuando Romero Oropeza jinetea el dinero, los contratistas no pueden cobrar interés por este retraso”.
“Los empresarios del sector petrolero, desde los grandes hasta los más pequeños, están gritando para pedir el auxilio al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que se les paguen los adeudos que se tienen y con ello, poder solventar los gastos que tienen pendientes y los aguinaldos, para no impactar a las familias de los petroleros”.
Empresarios del ramo indicaron que en su momento, fue planteada esta situación a las autoridades, quienes presentaron la propuesta de una reunión del director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza con ellos, para analizar y exponer la problemática, sin embargo, esta nunca se concretó, ante el rechazo del funcionario, de dialogar.
