POMUCH. Existe una tradición maya que cada Día de Muertos se vive en el cementerio de Pomuch, los familiares de los fieles difuntos acuden a lavar sus huesos, platican con ellos, recuerdan anécdotas. Este rito lo hacen del 21 de octubre al 2 de noviembre, el cual se llama Choo Ba’ak.
Además, les cambian la ropa o manto, que consiste en un paño bordado con su nombre o figura que se colocan en la caja colorida que resguarda los huesos. También les realizan una misa u oración.
El sepulturero, don José Alfonso de 66 años, oriundo de Pomuch, comenta que lleva 18 años con el oficio. Explica que para sacar el cuerpo del difunto, fraccionarlo y transportarlo al osario, primero tiene que transcurrir tres años como mínimo de su defunción.
Detalla, que este proceso se lleva acabó muy cuidadosamente con un trapo, algodón o brocha, dependiendo de cada persona y se hace para eliminar basura o insectos que se han acumulado durante los años y de igual forma para conservar más tiempo el estado de los huesos.
Afirma que actualmente, dicho cementerio se encuentra saturado y algunos familiares que no cuentan con algún nicho, optan por rentar un espacio en una tumba en el cementerio municipal o el ejidal.
Una vez que se asearon los huesos, los familiares realizan el hanal pixán, que significa “comida de las ánimas”, es una tradición del pueblo maya que se lleva a cabo para recordar de una manera especial a los amigos y parientes que se adelantaron en el viaje eterno.
El 1 y 2 de noviembre se realiza la misa en el cementerio del pueblo y las familias acuden muy puntuales y alegres pues van a recibir a sus difuntos. Con ello, culmina la celebración del Día de Muertos en el poblado.
Asegura que no hay edad para que los familiares empiecen con el rito de la limpieza de huesos. “Lo hacen cuando ellos se interesan por recordar a sus fieles difuntos”.
Por su parte, doña Teresa de Jesús habitante de Pomuch, comenta que lleva más de 20 años realizando la limpieza de huesos de sus antepasados, el cual, aprendió de su papá y posteriormente ella a sus hijos sin negarse a seguir con esta tradición.
Cabe destacar que el 30 de octubre de 2017 “La limpieza de los santos restos ritual funerario de la comunidad maya de Pomuch” fue inscrito al Patrimonio Cultural del Estado de Campeche.
TRADICIÓN QUE SE NIEGA A MORIR
Hay versiones encontradas, algunos como don José Alfonso, aseguran que se pierde la tradición desde hace seis años; otros como don José Dzul, de 70 años de edad, afirma que la costumbre está arraigada y se niega a desaparecer.
Comenta que lleva más de 55 años realizando la tradición de la limpieza de huesos y cambio de manto de sus antepasados, el cual, fue enseñanza de su abuelo y papá, ya que es una tradición maya que hasta la fecha sobrevive.
Reitera que las nuevas generaciones continúan con esta costumbre familiar. Hay algunos que no les gusta, pero en su mayoría de los jóvenes mantienen presente nuestras tradiciones.
Por ello, asegura: “Mientras siga viviendo seguiré yendo a limpiar los restos de mis antepasados, a pesar de las dificultades por la edad, y enseñarles a las nuevas generaciones el ritual”, afirma don José Dzul.