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22 noviembre, 2024

Marcelo

México

Marcelo de la mano de su mentor Manuel Camacho Solís

Se le identificó como un ‘camachista’ por muchos años. Uno de los fundadores del Partido Centro Democrático.

Resuelto a seguir los consejos de su abuela, doña María de la Luz Maure y García del Valle, Marcelo Ebrard inició su carrera en el servicio público incluso antes de obtener su título como licenciado en Relaciones Internaciones en el Colegio de México. Lo hizo de la mano de su mentor Manuel Camacho Solís, excompañero de la UNAM y amigo cercano de Carlos Salinas de Gortari, quien comenzaba a escalar posiciones en el Gobierno federal y poco después, en 1982, Miguel de la Madrid (su antiguo profesor en la máxima casa de estudios) al ser elegido presidente de México lo nombró secretario de Programación y Presupuesto.

Así pues, en 1981 Camacho Solís, entonces asesor de la Dirección General de Política Económica de la Secretaría de Programación y Presupuesto, la cual dirigía Miguel de la Madrid, le ayudó a entrar a trabajar al Gobierno del Departamento del Distrito Federal en la Secretaría de Planeación y Presupuesto. Y, por cómo se darían las cosas en el futuro inmediato, sin duda el origen político del entonces joven Ebrard Casaubon lo hilvanó Camacho Solís y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Por otro lado, su título profesional lo obtendría en 1984, para el cual presentó la tesis “Congreso y Democracia en México”.

AUDAZ ACADÉMICO

Camacho Solís era un lúcido y audaz académico e investigador del sistema político priísta, que se supo ganar de tal manera la confianza de su pupilo Ebrard Casaubon, quien jamás le abandonaría y le seguiría en “las buenas y en las malas”, durante su destacada carrera política en el sexenio de su amigo el presidente Salinas de Gortari en el que como Regente operó como una fuerza autónoma (a veces muy independiente a la del Presidente), pero que no supo manejar con los principios maquiavélicos (engañar con astucia) lo que, al final, propiciaría su caída sin retorno.

Pero volvamos con el joven Marcelo Ebrard quien, apadrinado por Camacho, se había unido al PRI desde 1978, sería operador político de la campaña presidencial de Salinas y secretario general del PRI en el DF, de 1988 a 1992; secretario general de Gobierno del Departamento del Distrito Federal; y luego, subsecretario de Relaciones Exteriores.

Como ya se dijo, siempre apoyado e impulsado por su mentor del Colegio de México, inició sus actividades políticas en la Secretaría de Planeación y Presupuesto del otrora Gobierno del Distrito Federal y, después del terremoto de 1985 que devastó a la capital mexicana, participó en el Programa de Renovación de Vivienda Popular. Dos años después, en 1987, colaboró en la elaboración y aprobación de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente. Como secretario general del partido tricolor en el DF, entre 1988 y 1992, ganó las elecciones de diputados, asambleístas y senadores sin perder ni uno solo de los 40 distritos electorales capitalinos.

En 1989, fue director general del entonces Departamento del Distrito Federal (DDF); de 1992 a 1993, secretario general de Gobierno –durante la regencia de Camacho Solís– siendo responsable de asuntos políticos y de gobernanza, tales como la reubicación de los vendedores ambulantes informales; la reapertura de espacios culturales, como la Plaza México y el Auditorio Nacional; el aumento de la red de Metro en 17 kilómetros; la apertura de tres nuevos hospitales generales; el diseño de la estrategia de negociación pacífica y la aplicación de las mesas de diálogo entre el Gobierno federal y el Ejército Zapatista Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas.

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Apoyó manifestaciones de Andrés Manuel López Obrador

Acompañó a Manuel Camacho Solís en el Salinato.

LLEGA A LA SER

En 1993 fue diputado federal, por el PRI; posteriormente sería nombrado subsecretario de Relaciones Exteriores de 1993 a 1994 cuando Camacho Solís –tras de dejar la Regencia del DF– fue nombrado secretario de Relaciones Exteriores. El 13 de octubre de 1995 –junto con el exregente–, renunció al PRI y, sin pertenecer al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) este lo postuló como diputado federal, en la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados. Meses después, en 1998, renunció al PVEM, al que nunca perteneció, para asumir como diputado independiente hasta que finalizó su periodo en el 2000.

En 1999, junto con Camacho, fundó el hoy extinto Partido de Centro Democrático (PCD), que buscaba exponer al nacionalismo y a la democracia como sus principales cartas. El PCD participó en las elecciones de 2000 con Camacho como candidato a la presidencia y Ebrard al gobierno capitalino, logrando cierta aceptación como candidato, pero en marzo de 2000 declinó en favor de López Obrador, abanderado del PRD y de la Alianza por el Distrito Federal (PRD/PT/Convergencia/ PSN/PAS) al DF, quien, como es sabido, consiguió la victoria como jefe de Gobierno.

UN HOMBRE LEAL

Camacho Solís miraba con gratitud a Marcelo Ebrard –su inseparable pupilo que sobre su ser voluntariamente había inscrito con letras de fuego la lealtad hacia él, su mentor–, y el solo pensamiento de que estuviese desempleado le hacía sentirse culpable. Era uno de sus colaboradores más cercanos desocupado, desde que dejó de ser Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas en junio de 1994, y vivía bajo el temor de seguir así al ser identificado como camachista, el apestado del gobierno zedillista.

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En efecto, Ebrard Casaubón, desde la década de los setenta, no se separó de Camacho, su maestro en el Colmex. Siguiendo instrucciones de Camacho, personalmente atendía a Andrés Manuel, lo mismo que a sus huestes que llegaban para posesionarse del Zócalo: les instalaba baños portátiles y abastecía de agua, mantas, cobijas y tortas. Y cuando levantaban el plantón, ponía a su disposición autobuses para que los regresara a Tabasco. (continuará).

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