Muchas gracias. Muy buenas tardes.
Con su permiso señor presidente.
Presidente Miguel Díaz-Canel. Un gusto tenerlo hoy aquí entre nosotros.
Señora Cuesta, también.
A la gobernadora Layda Sansores y a todos los ministros, viceministros, ministras de la delegación cubana.
Secretarias, secrearios de la delegación mexicana y, sobre todo, saludar el día de hoy a los 48 médicas y médicos cubanos que están aquí presentes comandados por el doctor Rafael Arroche.
También a los cinco compañeros que hoy les tocó guardia, les tocó jornada acumulada y que están trabajando allá en Xpujil, en y en Candelaria.
También a los compañeros del Seguro Social, del IMSS-Bienestar y del Régimen Ordinario que vino desde Hecelchakán y de Mamantel para estar aquí con nosotros.
Dieciséis años después de dejar la presidencia de México el General conoció al Comandante. En 1956 Lázaro Cárdenas tuvo su primer acercamiento con Fidel Castro, a quien calificó como un joven intelectual, de temperamento vehemente, con sangre de luchador.
En la correspondencia de Fidel Castro, estando en la Sierra Maestra, en marzo de 1958 le escribía al General Cárdenas y lo ponía al tanto de la Revolución. Decía en una misiva: la lucha en Cuba está en su etapa final y el combate decisivo se librará con las mayores probabilidades de éxito. Agradezco la nobilísima atención que nos dispensó cuando fuimos perseguidos en México, gracias a lo cual hoy estamos cumpliendo nuestro deber en Cuba.
Sin duda, la relación entre estos dos grandes personajes de nuestras historias era de admiración mutua. Dos hombres que hicieron de la dignidad la brújula de todas sus acciones y decisiones. Pero además de esa admiración, se reforzó una idea aún más útil y más poderosa: la solidaridad entre nuestros pueblos.
La solidaridad en diferentes episodios que se llaman Mártires Sterling, la solidaridad del General Cárdenas y Heberto Castillo, puntuales a la cita en el aeropuerto y listos para viajar a Cuba ante la invasión a Playa Girón.
La solidaridad del voto contra la expulsión de la OEA o la solidaridad ahora en nuestro proceso revolucionario también: el proceso de la revolución de las conciencias llamado Cuarta Transformación.
La máxima del presidente López Obrador: por el bien de todos, primero los pobres, traducida al aspecto de la salud significa: primero las mujeres pobres y embarazadas, primero los hombres y los niños enfermos que necesitan atención y que no tienen para pagar.
Esa es la dimensión que se le ha dado a nuestro mecanismo de colaboración entre las naciones. El propósito de IMSS-Bienestar es otorgar atención médica oportuna y de calidad, gratuita y universal, un esfuerzo institucional por centralizar lo que durante mucho tiempo estuvo fragmentado a los gobiernos de los estados, pero también ese periodo neoliberal no sólo no está obligando a la centralización, es prácticamente una nacionalización de los servicios de salud en los estados que en muchas áreas de la atención estaban ya en manos de empresas privados.
Y ellos, ellos los conservadores, sabían que esa voluntad transformadora del presidente López Obrador, que su perseverancia se enfrentaría en algún momento a una realidad: el déficit de médicos y médicas especialistas en México. Cómo no lo iban a saber, si ellos lo provocaron.
Y entonces no vinieron a convidar a arrepentirnos.
Cuando ellos fueron quienes durante décadas apostaron por la derrota del sistema público de salud al no invertir suficiente en formación de médicas y médicos especialistas. Los mínimos indispensables para cubrir las necesidades de las propias instituciones.
Era tan descarado el modelo hacia la privatización que hasta un nombre se les otorgó: plazas de difícil cobertura, por no decir, vacantes ahí a donde no hay un médico o una médica que quiera ir a atender.
Entonces las opciones eran resignarnos: a tener hospitales donde no nacían niños, quirófanos donde no ocurrían cirugías, consultorios convertidos en ventanillas de trámite para la referencia a otra unidad con capacidad de atención.
Pero no fue así afortunadamente, porque sabíamos y sentíamos que estaba ahí esa historia de hermandad con el gobierno y el pueblo de Cuba.
En mayo de 2022 realizamos una convocatoria para médicos especialistas y sólo para darse una idea: de los 14 mil 323 vacantes, sólo logramos cubrir el 21 por ciento.
No lo van a lograr, se convertía en la sentencia. Pero no contaban, o no recordaban o no sabían de esta bella historia de la solidaridad entre nuestros pueblos.
Fue así como en julio de este, del 2022 concretamos el acuerdo con los Servicios Médicos Cubanos del Ministerio de Salud de Cuba, que con todos sus años de experiencia, todos esos recorridos por más de 23 países, nos daban un elemento fundamental: confianza.
Para agosto ya estábamos recibiendo los primeros médicas y médicos especialistas en los lugares donde más se necesitan. Y desde entonces y hasta hoy un total de 610 médicas y médicos especialistas. Apenas ayer llegaron 61 más, para brindar sus servicios, sus saberes y su enorme vocación patriótica por servir a quienes menos tienen.
Y se trata de especialidades muy demandadas: Medicina Interna, Pediatría, Cirugía General, Medicina Familiar, Oftalmología, pero también nefrólogos, gente de Terapia Intensiva, Imagen, Cardiología, Dermatología, Otorrinos, en fin más de 29 especialidades que están, sí, en los grandes hospitales generales y civiles, pero también y más importante, en los pequeños hospitales comunitarios en donde muchas veces su llegada significó la primera vez que había ahí un médico especialista de planta y listo para atender a las personas que menos tienen.
Son 12 estados del país y sus ciudades, pero también sus zonas más lejanas: la Mesa del Nayar, en Nayarit; la montaña de Guerrero, la costa chica de Oaxaca, el desierto de Baja California Sur, en Cananea, en Sonora; en Tlaxcala, en Colima, en Tierra Caliente, en Michoacán; en la Huasteca Alta de Veracruz y en Zacatecas y en Morelos y por supuesto, aquí en Campeche, con toda su selva y todo su color, aquí están ellas y ellos.
Gracias a esta firma de convenios, gracias a esta solidaridad entre nuestros pueblos, hoy tenemos historias como la del doctor Julio Rafael Durán, un médico cirujano que labora en el Hospital IMSS-Bienestar de Escárcega aquí en Campeche y que está aquí con nosotros.
A este doctor le tocó realizar una cesárea de emergencia. Y nos ha contado que era una cirugía delicada, que era en ese momento el único médico especialista en toda la región y que afortunadamente todo salió bien, y en su honor, al bebé le pusieron de nombre, el nombre del doctor, se llama Julio, como el doctor y como el movimiento que el día 26 del mes 7 cumplirá 70 años.
Por eso, señor presidente, el día de hoy queremos dar a conocer que ya está en la mesa el planteamiento para la continuación de este convenio, ahora para lograr contratar a 100 especialistas más en Medicina General Integral, una especialidad muy particular y muy necesaria, similar a nuestra Medicina Familiar del Seguro Social, pero además con una gran aportación en el entrenamiento que tienen estas médicas y médicos en urgencias.
Estamos seguros que vamos a seguir creciendo, como lo el presidente Díaz Canel esta mañana: explorando nuevas dimensiones de nuestra colaboración, enfocados siempre en esa solidaridad.
Por eso, amigas y amigos, es imposible estar aquí hoy sin recodar a José Martí que decía que la medicina como el derecho es una profesión de lucha, que necesita almas bien templadas para desempeñar con éxito un sacerdocio: el contacto con las diarias miserias morales y materiales, el combate con la sociedad y con la naturaleza, hacen de esta profesión, en la posibilidad de curar males de las almas y de las almas y también de los cuerpos, mientras que es revelación de cosas altas más bellas y más hermosas.
Una revelación que habla de lo poético y lo político en esta histórica relación.
Un paisano mío chiapaneco, Jaime Sabines, poeta, a propósito de un viaje que hizo a La Habana en 1965 escribió: Y en esta tarea, Cuba haciéndose su casa, Cuba tiene las manos limpias. Será una casa para todos, una casa hermosa y sencilla, casa para el pan y el agua, casa para el aire y la vida.
Que sea, pues, casa también para la salud, la esperanza y el porvenir
Muchas gracias y muy buenas tardes.