Con una experiencia de más de 20 años en la industria de la refinación del petróleo, Julio César Aguilar Benítez será el gerente de la nueva refinería Olmeca que entrará en operaciones a mediados de este año en el municipio de Paraíso.
Ingeniero químico por el Instituto Tecnológico de Oaxaca y Maestro en Ingeniería Química de Procesos de Refinación del Petróleo por la UNAM, reconoce, en entrevista que este será el mayor reto de su vida.
Después de ser marginado y quedarse sin posibilidad de obtener un ascenso durante seis años, por oponerse al interior de Pemex a la política “entreguista” de los bienes de la nación, Aguilar Benítez fue invitado en 2019 a integrase al equipo responsable del proyecto de la nueva refinería. En marzo de 2020 se dio de manera formal su incorporación.
Su último puesto fue superintendente general de operación en la refinería de Cadereyta, Nuevo León, antes estuvo en las plantas de Salina Cruz y Minatitlán como superintendente y coordinador operativo de arranque. “Toda mi vida profesional la he dedicado a las plantas de refinación”, menciona.
Sencillo y accesible, como no era común en los funcionarios de su rango en administraciones pasadas, responde a las preguntas del reportero sobre su nueva encomienda y las tareas que se realizan de cara al inicio del periodo de pruebas de la planta ubicada en Paraíso.
REVISAN OPERACIONES
“Ahorita se formó un grupo de líderes operativos, por cada proceso, quienes van a ser los responsables de cada planta y de cada instalación, de acuerdo a sus funciones. Ese grupo ya ahorita está viendo todos los preparativos para el precomisionamiento y la puesta en marcha de las plantas”, explica.
El precomisionamiento es la primera de tres etapas que habrá antes que la refinería comience a producir combustibles. En esta se verifican circuitos, se hace la limpieza de tuberías, pruebas hidrostáticas y todos los ajustes que se requieran y tiene una duración de entre dos y tres meses.
Luego viene la fase de comisionamiento, en la cual se realizan pruebas integrales de los sistemas y se empiezan a utilizar ciertos productos que se ocupan como materias primas auxiliares, antes de que se ocupe la materia prima final.
“Una vez que las plantas ya esté precomisionadas y comisionadas, viene la puesta en marcha, que implica, aparte de las pruebas, que los procesos empiezan a tener incrementos de temperatura, lo que es necesario para los procesos químicos. Todo esto es definitorio y se tiene que hacer gradual, tienes que ir adaptando los fierros a los cambios de temperatura”, menciona.
Las condiciones para comenzar a obtener los productos, agrega, son con temperaturas de 350 grados.
Y en el proceso para alcanzar estas condiciones pueden presentarse problemas con algún empaque, con algún birlo que se puede aflojar y que se tiene que apretar. “Hay una serie de cosas que atender, son pruebas de ajuste que se tiene que hacer gradualmente, paso a paso”.
Sin embargo, todo esto forma parte del arranque de una planta química de esta magnitud. Lo que dice con certeza es que operará al 100% y lo hará en los tiempos que se ha planeado. “Nosotros esperamos que a mediados del próximo año, se haya probado todo ya, al 100%”.
“Convertirá a Tabasco polo de desarrollo”
Con 83 años cumplidos, José Antonio Cerna Casillas es uno de los ingenieros decanos que participan en la construcción de la refinería Olmeca.
Tras coordinar la construcción de las últimas plantas de refinación que se edificaron en México: Tula, Cadereyta y Salina Cruz, en 1995 se retiró y obtuvo su registro como trabajador jubilado de Pemex.
Como muchos, escuchó la convocatoria que en 2018 hizo Andrés Manuel López Obrador, aún como presidente electo, a todos los jubilados, para que lo ayudaran a rescatar a la empresa petrolera nacional.
Y así dejando la comodidad del retiro, a partir de 2019 se convirtió en asesor de la Secretaría de Energía y es una de las voces más respetadas y escuchadas por los grupos de trabajo que toman las decisiones de primer orden en torno a la séptima refinería del país hoy en construcción.
Cerna Casillas, originario de San Pedro, Coahuila, pero avecindado en ciudad Pemex, Macuspana, cree que Paraíso se convertirá en un polo de desarrollo industrial en poco tiempo, como lo es hoy Tula, Hidalgo, cuya refinería comenzó a operar en agosto de 1976.
“Ya caminando la refinería se requerirá gente para mantenimiento, se van a instalar empresas para mantenimiento, parques industriales y desde luego las industrias que van a aprovechar todos los productos de aquí”, explica.
Se estima que en Dos Bocas se van a producir diariamente, además de gasolina y diésel, ocho mil toneladas de coque, mil 800 toneladas de azufre y unos 9 mil barriles de propileno, grado químico, de alta pureza, que en principio se transportarán para su transformación a otros lugares, pero que después podrán ocuparse ahí mismo en la zona.
Aunque la planta está ubicada entre la laguna Mecoacán, el río Seco y el mar del Golfo de México considera que hay terrenos suficientes para la industria secundaria se expanda en Paraíso y en toda la subregión Chontalpa.
La Olmeca será el detonador del desarrollo de Tabasco y la región sureste y será la más moderna de Latinoamérica.
El ingeniero Cerna destaca su autosuficiencia energética, pues para ello se construye una planta de cogeneración que funcionará con gas y que le permitirá producir la electricidad que requiere y que difícilmente podría proporcionarle la CFE, sin interrupciones.
“Hay un criterio ahorita a nivel mundial que señala que una refinería tiene que tener certeza de que no tendrá ninguna falla eléctrica en diez años. Una falla eléctrica te para todo. La única forma de garantizar que no haya ninguna falla es que tú tengas tú energía eléctrica”.
Ahora bien, por lo que hace a los otros recursos elementales para la operación, menciona que el agua se obtendrá del río González, el gas vendrá del complejo procesador Cactus y el crudo estará disponible con la infraestructura existente, que permite almacenar en la terminal de Dos Bocas todo el que se produce en las plataformas.
Si de algo está seguro Cerna Casillas es de lo acertado que fue construir una nueva refinería en México, pues tener soberanía energética lo es todo en los tiempos actuales
Y cita un dato que cataloga como muy importante: “en cinco años el valor del combustible que se importó, que se compró en el extranjero, es mayor a la deuda externa del país”. Esto es, un monto superior a los 10 billones de pesos.
