Guadalupe Fernández Valencia, alias “La Patrona”, considerada una de las principales operadoras del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró ayer culpable de los cargos de narcotráfico y lavado de dinero en un tribunal federal de Chicago.
Aunque por la naturaleza de los cargos en su contra se esperaba que Fernández Valencia podría enfrentar una condena de cadena perpetua, la fiscalía reveló que recomendará una sentencia de 10 a 15 años de prisión, a cambio de su plena cooperación en cualquier investigación actual y futura sobre el cártel de Sinaloa.
La acusada, con el cabello oscuro hasta los hombros y vestida con el uniforme de color naranja de la prisión, fue asistida por un intérprete durante la audiencia en la que se declaró culpable.
El juez federal de distrito, Rubén Castillo, informó que la condena a Fernández Valencia será anunciada hasta que se haya completado su cooperación con las autoridades estadunidenses, reveló el diario local Chicago Tribune.
Fernández Valencia, de 59 años, fue arrestada en la ciudad mexicana de Culiacán, Sinaloa, en febrero de 2016, y extraditada un año después a Chicago para enfrentar cargos como parte del proceso contra el cártel del narcotráfico.
Según los cargos en su contra, “La Patrona” trabajaba para Jesús Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos de “El Chapo”, con quien coordinaba grandes envíos de drogas a Estados Unidos, además de ayudar al cártel a lavar miles de millones de dólares en ganancias de regreso a México.
La fiscal federal asistente, Erika Csicsila, indicó que Fernández Valencia se trasladó a Culiacán en febrero de 2007, tras cumplir una condena de 10 años de cárcel en Estados Unidos, por delitos que no guardaban relación con el narcotráfico.
A su llegada a México, la mujer empezó a ayudar a su hermano, Manuel Fernández Valencia, a enviar grandes cargamentos de droga de Tijuana, Baja California, a Los Ángeles, California, de acuerdo con la fiscal.
Tras la detención de su hermano, en 2010, “La Patrona” suspendió sus actividades ilegales, pero las retomó dos años después.
Además de enviar los cargamentos de droga, Fernández Valencia lavaba dinero para el cártel mediante el envío de dinero en efectivo a través de tiendas en el área de Los Ángeles a casas de cambio en México, a las que pagaba una comisión del 3.0 por ciento, señaló Csicsila.