El primer mandatario se reunió con la cúpula empresarial de México para cruzar opiniones con ellos y obtener su respaldo en caso de que tuviera que responder también con medidas arancelarias y alianzas comerciales con países asiáticos.
Esta es parte de la estrategia, del plan B que construye el Gobierno de López Obrador, quien en primera instancia decidió no responder con aranceles a Trump, aunque el sábado y lunes anteriores fue enfático en decir que ya lo tenía contemplado.
En el encuentro de ayer con López Obrador, estuvieron los líderes de las principales cámaras empresariales: Carlos Salazar Lomelín, del Consejo Coordinador Empresarial; Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios; Francisco Cervantes, de la Concamín, y José Manuel López, de Concanaco.
Formalmente, los temas que tocaron son que los empresarios van a invertir 32 mil millones de dólares este año; le solicitaron a López Obrador mayor seguridad en el país y certeza jurídica en inversiones y trámites, en tanto que el presidente les dijo que las puertas de Palacio Nacional están abiertas para todos ellos.
Sin embargo, la reunión en sí misma, en la coyuntura de los ataques del gobierno de Trump, permite vislumbrar que López Obrador obtuvo el respaldo de los empresarios, para también imponer aranceles a los productos estadounidenses, en caso que a Trump no le “satisfaga” el plan migratorio de México y decida gravar las exportaciones mexicanas a EU.