CAMPECHE. La investigación que lleva a cargo el área de inteligencia de la Secretaría de Marina (Semar), parte de la cual se asienta en un informe interno clasificado como “confidencial” y que se identifica como “Trasiego de combustible”, documenta el siguiente modus operandi:
Así lo indica un reporte especial de la revista Nesweek en español hecho público a mediados de 2018, donde se asegura que -según el informe- Personal de Petróleos Mexicanos en el área marítima coordina con los capitanes de barco la entrada de sus buques a los muelles de Pemex en las refinerías. Una vez que el barco atraca en los muelles, ingenieros y trabajadores de la empresa petrolera conectan el buque a sus ductos para bombearles el combustible.
CARMEN Y LERMA IMPLICADOS
Los buques zarpan de Ciudad del Carmen con destino al puerto de Ciudad Madero, Tamaulipas. La travesía dura entre 60 y 63 horas para cruzar los 741 kilómetros o 460 millas náuticas que hay de puerto a puerto. Está programado que los barcos ordeñadores deben ingresar a puerto entre las 21:00 horas y las 24:00 horas, tiempo en que la oscuridad ha caído por completo en el Golfo de México. Al amparo de la noche es que se realizan las maniobras de ordeña con mayor facilidad.
Si se utiliza un barco pesquero, estos tienen como base los puertos de San Francisco de Lerma y Campeche.
La calam de sus aguas la mayor parte del año la hace un refugio natural en el Golfo que también sirve de puente a los huachicoleros que aguardan con sus navíos a que se les indique la hora precisa en la cual un barco ordeñador puede acceder a muelle en Tamaulipas.
Al costado oeste de la isla, en una profundidad de seis a nueve metros superficie, están los oleoductos de Pemex. Más adelante, mar adentro, se ubican las estructuras de bombeo automático de hidrocarburos.
Los huachicoleros utilizan Isla de Lobos, en Veracruz, para guarecerse del mal tiempo o de los ocasionales patrullajes. También ahí suelen aguardar la orden de la hora precisa en la que pueden ingresar a los muelles de Pemex. La orden, según indica el informe clasificado de la Semar, les llega directamente de empleados de la petrolera.
Un atraco u ordeña de combustible vía marítima supone entre seis, siete y hasta ocho días de travesía dependiendo de las condiciones climatológicas. Para los delincuentes se ha vuelto un negocio tan redituable y bien estructurado que, cada semana, tienen barcos zarpando de ida y vuelta. En cada viaje ordeñan entre 600,000 y 800,000 litros de combustible, equivalentes a 30 y hasta 40 pipas.
Para encubrir sus ilegales cargas utilizan facturas apócrifas del SAT o clonadas de originales que les son entregadas por áreas contables de Pemex.