CAMPECHE. Huachicoleros en el Golfo de México saquean Pemex con ayuda de empleados en una compleja y bien estructurada logística para ordeñar hidrocarburos y transportarlos por altamar.
Esta es la conclusión más precisa de lo que ocurre del noreste al sureste del Golfo de México que ha sido investigada por el área de inteligencia de la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar) siendo parte de un informe interno clasificado como “confidencial” y que actualmente realizan una sigilosa investigación interna sobre el ilícito y que dieron detalles sobre sus pesquisas y hallazgos.
El documento -con fecha julio 2018- lo hizo público Newsweek en Español, donde se señalan todas y cada uno de los procesos que se realizan para la operación ilegal de ordeña de combustible, con la colaboración directa de empleados de la petrolera.
Las costas del Golfo de México -de Tamaulipas a Campeche- abarca vastas aguas dispersas en más de 3,000 kilómetros y oficialmente estas aguas son las más vigiladas: las velan patrullas con hombres en uniformes blancos con galones, también los verdes, los de uniforme azul, los de camuflaje que en barcos-patrulla las recorren armados hasta los dientes. Pero esa “vigilancia” es relativa ya que, irónicamente, en esta zona de alta mar es donde el mayor volumen de ordeña de combustible a Pemex tiene lugar.
En cada atraco los delincuentes sustraen miles de litros que comercializan dentro y fuera de México con apoyo de compañías navieras establecidas legalmente. Utilizan barcos abastecedores y buques que realizan maniobras de apoyo logístico a la industria petrolera, y también pesqueros que incluso están afiliados a cooperativas pesqueras locales.
Su destino es el mercado negro en México, pero el combustible también se lleva a Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica.
Los ordeñadores náuticos —o huachicoleros, como se ha vuelto común llamar genéricamente a los ladrones de combustible— operan con una estructura logística bien organizada que incluye la participación de personal de Pemex, armadores, compañías navieras, capitanes de barco, jefes de máquinas y tripulaciones expertas. Además participan personas encargadas de administrar y custodiar bodegas y áreas de almacenamiento; responsables de la venta del hidrocarburo y del lavado dinero —pues el recurso también se destinaría a la compra de ranchos, inmuebles, bodegas y más embarcaciones, según refieren las pesquisas de la investigación a la que tuvimos acceso.
Esta modalidad de ordeña, vía marítima, que hace una década comenzó a registrarse esporádicamente, se ha vuelto un estructurado y bien organizado mecanismo, que ha ido intensificándose al grado de convertirse en una de las actividades más redituables para grupos del crimen organizado que sustraen los hidrocarburos directamente de las refinerías de Pemex con la colaboración de personal de la petrolera.