CAMPECHE. Aunque a nivel nacional se dio a conocer sobre el incremento en el precio por tonelada de la harina para la elaboración de tortillas, Roberto Valdez Castro, propietario de una tortillería en esta ciudad, dio a conocer que por el momento el estado, no se incrementa el precio en el kilogramo de este producto básico, toda vez que antes del fin de año adquirieron este insumo con el precio anterior, pero para la siguiente compra, si esto les afecta en su economía tendrán que analizar un incremento.
Mencionó hay entre 30 a 50 molineros, pero en su mayoría son gente de fuera, lo que ocasiona a los molineros vayan abandonando el oficio; pequeños industriales de la masa y la tortilla, venden el kilogramo del producto a 19 pesos, lista que está a la vista de los consumidores para no violar las normas de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Anteriormente compraban la tonelada de la harina en 10 mil 830 pesos, y ahora con los 490 pesos de incremento, llega a 11 mil 320 pesos; a ello se suma el flete de 720 pesos.
Se suma a esta problemática el alto costo del servicios de energía eléctrica, el gas LP que llega el litro a nueve pesos con 85 centavos; el agua, entre otros, de tal modo que si el aumento en el costo de los insumos para la elaboración de la tortilla les afecta, tendrán que hacer un balance para subir el precio en el kilogramo de este alimento, no sin antes plantearlo a las autoridades competentes.
Por otra parte, Valdez Castro asegura que las tiendas de autoservicio que expenden tortilla a 10 pesos (y los moto tortilleros que adquieren a bajo precio y que revenden más caro) representan una reducción de ganancias de hasta el 50 y 60 por ciento.
Lamentó que los tortilleros del estado no pueden vender el kilogramo del producto a un precio más bajo de lo que se encuentra actualmente, que es de 19 pesos, porque de forma constante se incrementa el costo de los insumos, y lo que hacen es mantener el precio que tenían anteriormente; toda vez que en esta región no existen industrias que puedan procesar el maíz en harina, o que haya suficiente cultivo de maíz, lo que implica que todos estos insumos provengan del estado de México u otras entidades federativas.