El grupo quedó atrapado bajo tierra luego de que un diluvio aumentara un torrente subterráneo de la gruta y cerrara el paso hacia la salida. La cueva de Tham Luang está situada en el distrito de Mae Sai, cerca de la frontera con Birmania y Laos.
El sábado, al término de la práctica, los jóvenes futbolistas de entre 11 y 15 años y su entrenador, se trasladaron a la gruta para refugiarse del mal tiempo. En la entrada todavía quedaron sus bicicletas y al motocicleta del entrenador.
La policía local indicó que durante la época de lluvias el torrente de la gruta puede alcanzar los cinco metros de altura. Ayer, las lluvias torrenciales entorpecían la labor de los socorristas.
Varios monjes budistas llegaron al lugar para rezar.En la entrada de la cueva los padres de los adolescentes hacen guardia; esperan ansiosos con rezos y lágrimas.
La marina tailandesa, que aportó buzos, difundió a través de Facebook que el nivel del agua había aumentado 15 centímetros durante la noche y que una tercera zona de esa red subterránea compleja y de varios kilómetros de largo estaba ahora inundada.
“El interior de la cueva está lleno de barro y hay poco oxígeno”, indicó frente a la cueva el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Ossttanakorn.
Para complementar el trabajo de los rescatistas, ayer varios soldados instalaban sistemas de bombeo adicionales. “Cada segundo cuenta para estos niños”, indicó el gobernador, explicando que esperaban la llegada de submarinistas extranjeros de refuerzo.
Intentaban también buscar entradas alternativas a la red subterránea a través de la montaña.
Los primeros días de búsqueda no permitieron encontrar ningún rastro del grupo en el interior, pero el equipo de socorristas, compuesto por decenas de personas, cree que el grupo podrían haber hallado refugio un poco más lejos en esa cueva, en una cavidad lateral para protegerse ante la crecida.