William Levy está por perder uno de sus lujosos carros deportivos como lo es el Lamborghini Aventador, un hermoso carro deportivo con valor superior a los 9 millones de pesos, y todo por falta de dinero.
La semana pasada el actor y modelo cubano compartió a sus amigos que entre deudas y compromisos empresariales, como lo es invertir en la producción de una película, lo ha orillado a deshacerse de sus propiedades, entre ellas el automóvil que presumía por las playas de Miami junto a su escultural esposa, la mexicana Elizabeth, quien apoya a su marido incondicionalmente.
William pide la no despreciable suma de 265 mil dólares por el vehículo, por el que originalmente pagó 420 mil dólares, y que los famosos en la industria automotriz dicen que cuesta medio millón de dólares, pues el actor lo mandó a personalizar, pintándolo de negro mate cuando originalmente era rojo.
Sin duda, Levy está pasando por una crisis económica como cualquier hijo de vecino, pues al no ser millonario, tiene que usar el dinero ajeno y eso le puede costar muy caro. Los bancos cobran a precios muy altos el dinero que nos prestan.
Comprar o invertir, como lo hace el cubano, en algunas ocasiones es la pala que cava tu propio hoyo económico, como lo son también los créditos automotrices, mientras los verdaderos ricos ahorran dinero para hacer compras en efectivo, pues así obtienen mejores precios, ya que al tener dinero en la mano adquieren mejores descuentos.