El médico familiar asentado en la comunidad de Isla Aguada, Jaime José Corro Calderón, reveló que desde hace cuatro años se empezó a observar cómo el número de personas con síntomas de estas enfermedades, principalmente menores de edad y mujeres en estado de gestación, empezó a aumentar paulatinamente.
Ante el aumento de casos es urgente tomar medidas, en especial en la época de calor que ya se empieza a sentir.
La rubeola y la varicela son causadas por un rubivirus y causan erupciones en la piel, y una vez padecida la enfermedad, la persona queda inmunizada de por vida y aunque en los niños es una enfermedad leve, en los adultos suele complicarse con otitis, neumonía e incluso encefalitis.
Son enfermedades virales muy contagiosas y en ocasiones difíciles de diferenciar, sobre todo para los padres, ya que el elemento común en ellas son los granos rojos y el escozor en la piel. En la rubéola la fiebre no es tan alta como en el sarampión; pueden aparecer síntomas inespecíficos, propios de un cuadro similar a la gripe, escasos síntomas catarrales, dolor muscular y aumento del tamaño de los ganglios linfáticos presentes detrás de las orejas, en la nuca y región occipital.
En esta enfermedad, las manchas en la piel son rosadas, pueden producir picor, y típicamente comienzan en la cara, pero conforme pasan los días, se van visualizando también en el tórax, abdomen y miembros inferiores. Las complicaciones son poco frecuentes, destacando las neurológicas, el descenso de plaquetas y la artritis.
La varicela en los niños tampoco presenta fiebre alta, de forma característica, las lesiones de la piel pican mucho; se suelen encontrar en distintas fases, manchas, granos, vesículas, pústulas y costras, y se distribuyen por todo el cuerpo.