Preocupados, comentaron los locatarios de alimentos y bocadillos preparados de este centro de abasto, no saben cuándo es quincena, pues todos los días son normales, en donde algunos no logran ni vender 300 pesos de antojitos, lo que origina desesperación en alguno de ellos, sobre todo, por los gastos que tiene al adquirir las viandas y hortalizas que utilizan para la elaboración de los comestibles.
En comparación de hace cinco años, comentaron que había bonanza petrolera, y los trabajadores foráneos que laboraban en petroempresas, al bajar de sus guardias en las plataformas, visitaban el mercado para adquirir carnes, pescados, así como consumían los alimentos elaborados que expenden los diversos locatarios del mercado.
Pero lamentaron que hace dos años a la fecha, las ventas disminuyeron por el cierre de empresas, además el despido masivo de trabajadores y empleados de empresas petroleras, y es que un número considerable de familias que estaban radicando en esta ciudad, al ver que no había ingresos económicos por la pérdida de empleos, se vieron en la necesidad de regresar a sus lugres de origen.
Reconocieron que no sólo el sector comercio reciente las afectaciones de la crisis económica, si no, también las escuelas particulares, en donde estudiaban los hijos de empleados petroleros, quienes al quedar desempleados, por lógica tuvieron que retirar a sus hijos de las escuelas de paga, para inscribirlos a los colegios de gobierno, o bien se fueron de esta ciudad, para ir a otros estados, en busca de mejoras opciones económicas.