Han pasado 365 días de aquella noche nostálgica del 26 de noviembre de 2016, cuando el hombre de las micheladas en el Centenario y en Olímpico, ese que recibía a la afición al pie de la escalera con los boletos de las quinielas para los Partidos de Olmecas, Andrés Caballero Martínez, dejó este plano terrenal en medio de la tristeza y la nostalgia en sus amigos y seres queridos.
Por ello, este domingo se llevaron a cabo los rezos en su memoria y en donde sus familiares y amigos más cercanos, acudieron a un de los cuatro momentos destinados para ello, justo en donde fuera su domicilio, mismo que se llenó de anécdotas e innumerables recuerdos.
Ahí estaba las tías, sus hermanos, desde luego sus hijas, sus nietos, todos, hablando de lo mucho que extrañan a Andrés, tanto, que el nieto del mismo nombre, portaba la “guayabera quinielera” en su memoria, como un homenaje ante el cariño que sienten por él.
Hace seis meses quisieron honrrar su memoria de manera distinta, agradando más su recuerdo, y entonces, acondicionaron el altar con los colores de su equipo favorito, “Las Águilas del América”, y a un año de su partida, coincidentemente el mismo día que se jugó el “Clásico joven en Liguilla”, quisieron hacer lo mismo, pero no consiguieron los colores de papel de este conjunto.
Sin embargo, y aunque la vida de los suyos ha cambiado desde que ya no está, “El Pavo” sigue haciendo de las suyas, sigue haciendo “corajes” por el mal paso de los Olmecas, en las jugadas que falla el América, pero sobretodo, sigue vivo en el recuerdo de sus allegados, quienes le muestran el cariño hasta en los pequeños detalles.