Fabiola Hernández
Agencia Reforma
Uno de los grandes debates puesto, literalmente, sobre la mesa es el de la sal refinada Vs. la de mar en cuanto a su aporte mineral. Sin embargo, los especialistas sostienen que ambas contienen sustancias necesarias para el cuerpo.
José Carlos Peña, bioquímico e investigador en ingeniería de alimentos del ITESO, explica que, para refinarse, la sal marina se somete a presión y calor. Dicho proceso vuelve predominante al cloruro de sodio.
"Cuando se habla de un proceso de refinación, no se pierden minerales, se cambia su proporción. Por ejemplo, la cantidad de sodio y yodo aumenta en proporción a minerales como magnesio, calcio o aluminio".
"Las cantidades de yodo, que llegan a 30 por ciento, pueden ser de beneficio para el sistema hormonal, específicamente tiroideo", añade el especialista.
Dosifícala
Refinada o marina, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que el consumo no exceda de cinco gramos, lo que representa poco menos de una cuchara de té.
La nutrióloga Sofía Moreno Gortázar señala que la ingesta desmedida puede desencadenar daños a la salud, como hipertensión, problemas cardiovasculares y de riñón. Pero dejar de consumirla también tiene repercusiones como mala regulación de líquidos y afectaciones al sistema nervioso.
Frente a la gran cantidad de sales que se ofertan en el mercado, Sofía recomienda las naturales, como la flor de sal, una capa delgada que se forma en la superficie del agua de mar durante su evaporación.
"Es el tipo más recomendado. Al ser bajo en cloruro sódico -sólo 92.9 por ciento- y en sodio -15 por ciento-, es hipotónico y no produce retención de líquidos. Eso es lo que hace a esta sal un poco más saludable que la refinada", sostiene la experta.
TABLA
5 gramos el consumo diario de sal recomendado
9 a 12 gramos lo que consumen diariamente por los mexicanos
Fuente: Organización Mundial de la Salud