Ya han pasado cuatro años sin la presencia de uno de los íconos del campeonato de beisbol de los Olmecas de Tabasco en la Temporada 1993, único en su historia; Carlos Elías Dagdug Martínez (junto con don Diego Rosique Palavacini) llevaron a la gloria a este club.
Don Carlos Elías, como lo conocían en el ambiente beisbolero, hasta el último día siempre mostró su pasión por el rey de los deportes y en especial con los Olmecas de Tabasco, del cual formó parte de la directiva campeona y hasta antes de su partida fungía como Presidente del Consejo de Administración.
Apasionado desde sus primeros años de existencia al beisbol, fue primero un destacado jugador en sus épocas de estudiante y después se convirtió en un promotor ávido de distintos circuitos amateurs y profesionales.
La llegada de Ligas de tan alto nivel a la entidad en los años cincuentas y sesentas, como la del Sureste y Tabasqueña, se dieron en gran medida gracias a su incondicional apoyo.
Pesa su éxito en el plano profesional y a sus diferentes ocupaciones nunca se alejó de su querido deporte, en 1990 fue nombrado Presidente Ejecutivo del equipo profesional de Tabasco en Liga Mexicana, bajo su tutela se dio la transición en el nombre de batalla de Ganaderos a Olmecas, fincó también las bases para poner a la organización en los primeros planos.
Al obtener el Campeonato de la Liga Mexicana de Beisbol en la Temporada de 1993, de ahí en adelante los Olmecas de Tabasco se convirtieron en auténticos protagonistas del circuito veraniego con calificaciones a los Play Offs en las campañas de 1995,1997, 1998 y 1999.
A cuatro años de su partida, aún se le recuerda como uno de los grandes personajes de le dio brillo al beisbol profesional; sus familiares y amigos todavía lo extrañan por las grandes enseñanzas que ofreció y las anécdotas que contó en muchas ocasiones.
Su esposa, la señora Mary Nazur y sus hijos Melissa, Carlos José, Elías Sabino y Juan Luis, lo recordaron con una misa de acción de gracias.
