Es muy probable que si no la ha visitado en un tiempo, se lleve una gran sorpresa."Que no venga la gente pensando en que va a encontrar lo que ya les han contado, porque tene-mos muchos sitios nuevos, y ade-más, contamos con la gastronomía que ha hecho fama a México en el mundo", dice Alejandro Cañedo, Se-cretario de Turismo municipal.Inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, Puebla se ha puesto en valor, y basta con recorrer-la para descubrir su oferta turística.
De día
La carta de presentación de Puebla es, sin duda, su Catedral Basílica, además de un buen punto de partida para recorrer el Centro Histórico. En su interior resguarda objetos de gran valor como pinturas, esculturas y orfebrería, que datan del virreinato.A un costado del recinto religioso, por la Avenida 5 Oriente, está la Biblioteca Palafoxiana, la primera biblioteca pública de América, fundada en 1646 por el obispo Juan de Palafox y Mendoza, quien donó su colección personal de 5 mil libros.Antes de alejarse un poco de esta zona, hay que aprovechar que a la vuelta de la esquina, por la Avenida 7 Oriente, se encuentra el Mural de los Po-blanos, un restaurante famo-so por consentir a sus comensales con el platillo insignia: el mole poblano. Aunque tam-bién sirven mole de olla, pipián verde o rojo, o bien, un menú de degustación de moles.Como postre, puedes degustar una nieve artesanal en el Zócalo, para después dirigirte a la Calle 16 de Septiembre, hasta llegar al Templo de Santo Domingo.
De noche
El Museo de la Constancia es un recinto interactivo dedicado a los niños, junto con los museos del Barroco y del Automóvil, que inaugurados en los últimos dos años han revalorizado a la capital poblana. A unos pasos del Museo Internacional del Barroco, en la zona financiera conocida como Angelópolis, se ubica otro de los atractivos de la que fuera llamada "Ciudad de los Ángeles", la Estrella de Puebla. Es la rueda de observación más grande de Latinoamérica (80 metros de altura).Desde sus 54 góndolas, para ocho pasajeros cada una, se puede disfrutar una bella panorámica nocturna. De día, dicen los residentes, se alcanza a apreciar la grandeza de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.Sin embargo, esta no es la única forma de experimentar Puebla desde el cielo, ya que también está el teleférico, ubicado en la Zona Histórica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe.
Con información de Agencia Reforma.