Década de los 90, el futbol tabasqueño profesional a la alza, los silbantes chocos con gran oportunidad en juegos de carácter internacional y en la Tercera División.
Cecilio Barradas y Conrado Reyes, son dos de los silbantes de la vieja guardia que siguen en actividad en ligas amateurs, pero en su tiempo fueron de los árbitros importantes en el estado en el ámbito profesional y que fueron testigos y abanderados en juegos internacionales en Tabasco.
Hay personas que dejan huella imborrable en la vida, pero que a veces desafortunadamente no se le da el valor real de lo que hicieron, por lo que hay que rendirle homenaje a dos grandes del arbitraje tabasqueño, tanto del sector amateur como profesional, como lo son Cecilio Barradas Muñiz y Conrado Reyes Urbina.
Hoy ambos silbantes están en el semiretiro de ambas ramas y por ahí andan de vez en cuando derrochando la calidad que alguna ocasión mostraron en los rectángulos de juego y que en la actualidad lo siguen teniendo
Ambos con diferentes profesiones, pero que los hace vivir de una forma digna. Grupo Cantón es testigo de la carrera tanto del “Flaco” y del “Crema” como lo conocen en el mundo del arbitraje y que impartir justicia es lo más complicado, ya que no quedas bien con nadie. Ellos son los odiados, los repudiados, los criticados, los que nadie quiere, pero que son muy necesarios en cada partido de futbol.
Caminos distintos
Estuvieron en partidos Internacionales como el Cruz Azul-Atlético de Madrid, Galaxy-Irapuato, y ni qué decir del América-Caimanes ex otrora equipo de la Primera A, hoy Liga de Ascenso; varios encuentros en Tercera y Segunda División, pitándoles a los equipos de casa, Cheyenes, Jaguares, Chocolateros, Cacaoteros; de ahí sus grandes experiencias vividas para recordarles a la generación pasada y la actual que son de los pioneros en el arbitraje tabasqueño.
Se hacen en la cancha
Ser árbitro en toda la extensión de la palabra significa mucho, no es andar de un lado a otro, lo anterior tiene su nombre y ni al caso redactarlo, y estos personajes se ganaron su espacio a sangre, sudor, polvo y lágrimas; hoy ya no hay tantos espacios llenos de polvo, porque las canchas se han convertido en sintéticas, ahí se hicieron al fragor de las batallas Cecilio y Conrado; hoy les queda dar esas enseñanzas de sus “recorridos” con muchas anécdotas que contar, sufrieron agresiones, pitaron finales pero siempre los más neutrales y sin nada de que avergonzarse.
