Su nombre está invariablemente asociado al mundo del deporte, pues es medallista de Juegos Panamericanos y ha tenido destacadas participaciones en varios Juegos Olímpicos.
Pero Rommel Pacheco no se ha conformado con forjar una carrera deportiva: también tiene títulos universitarios y se vislumbra como un hombre de negocios.
Aunque, claro, como todo joven de 32 años, también se da tiempo para la diversión, y si bien no tiene novia, con la cantidad de admiradores que tiene, ¡ni falta que le hace!
Pícaro y glotón, este risueño yucateco, quien acaba de firmar con BoBo Sports, se quitó el traje de clavadista (metafóricamente) para descubrirnos un poco de su vida cotidiana.
¿Por qué elegiste hacer una maestría en Capital Humano?
Mi idea siempre ha sido poder ostentar un cargo desde el que pueda retribuir todo lo que he tenido. Administración es básica, y capital humano es poder hacer un vínculo entre metas y personas; ves métrica, finanzas, disciplinas que te llevan a convertirte en un líder.
¿Por qué te dedicaste a los clavados?
Mi primer deporte fue natación, a los tres años, luego pasé a la liga de beisbol y después me fui a un club donde hice clavados, futbol, basquetbol y ajedrez. Así empezó todo".
¿Qué es lo que haces cuando no entrenas?
Ahora voy a un gimnasio normal, para distraerme. Apenas voy empezando, no tengo competencia este año, no tengo prisa. Así que me pongo a hacer aparatos, a caminar, algo muy normal, no las rutinas de clavados, que las debo hacer diario.
¿Comes algo específico cuando entrenas y cuando descansas?
Como lo mismo: el desayuno es licuado con proteína, avena, leche, fruta; de comida es pollo, pescado, res, verduras, fruta; cena son quesadillas o un sandwich. En fin de semana como pizza, tacos, como lo normal. Cuando estoy de vacaciones, como voy a mi casa (en Mérida) ahí sí como peor: ¡cochinita, botanas, queso relleno!.
¡Y aun así te mantienes en forma!
Nunca me ha salido una lonja, hasta ahorita… Tengo buen metabolismo.
¿Es difícil encontrar novia?
Sí, no hay tiempo. Pero no es mi prioridad. Además, casi no salgo. Cuando tengo tiempo libre salgo al cine, el domingo tengo que hacer tarea, me voy a brunch, ah, y al súper.
¿Cuál es la última película que viste que te encantó?
La La Land, la vi en el avión, me encantó, ¡hasta tengo el playlist! No he podido ver la nueva de Cars, tampoco Rápidos y Furiosos. No me invitan las chicas… así que ¡apúntense!"
¿Y de televisión?
Me gusta mucho House of Cards, soy fan de Frank Underwood. Vikingos me gusta, y la de Suits, que ya la cancelaron. Y antes de ésa veía The Big Bang Theory. Llevo como cuatro capítulos de How I Met Your Mother y ya estoy clavado.
¿Nunca se te ocurrió dedicarte al mundo del espectáculo?
No me lo han propuesto pero no estaría cerrado a hacer algún capítulo de alguna serie o salir en alguna telenovela, pero para ser actor necesitas una preparación, una carrera. Yo no podría ser gran actor. A lo mejor por diversión.
¿Hay alguien de la farándula que te haya impactado o quieras conocer?
No he conocido a alguien que me encante. Creo que me gustaría conocer a Eugenio Derbez, se me hace un tipazo; ha de ser chistoso tener un cuate con ese sentido del humor siempre.
Tu símbolo sexual del momento…
Aislinn Derbez. Lástima que ya está casada. La tengo en Instagram, pero ella ni sabe quién soy. A veces me pregunto ¿para qué le doy likes si ni cuenta se va a dar?"
¿Y cuál es la música que más te gusta?
"Escucho de todo: desde el soundtrack de La La Land hasta reggaetón. La de 'Despacito' ya no la aguanto. Aún soy de escuchar radio en el coche".
Tienes muchos fans en la comunidad LGBT que te piropean, ¿te molesta?
No sólo me piropean, ¡su tono no es rojo, es triple X! Cuando salgo en traje de baño me dicen cada cosa. No me molestan. Unos comentarios son tiernos, yo lo tomo más a la ligera. No me clavo y les agradezco.
Entonces, ¿qué paguen boletos para verte entrenar?
Mmm, no lo había pensado, pero estaría bien. ¡Que me ayuden a ponerme el traje de baño y les cobro más. Que me vean entrenar y me lo quito.
¿Cuál es tu tipo de mujer?
Me gustan de todo, pero prefiero piel apiñonada. A una güera guapa no le digo que no… pero a una de piel apiñonada ¡ufff! Se me para el corazón.
Con información de Agencia Reforma.
