De trágico se podría calificar el inicio de la temporada 2017-18 de la NBA luego de la brutal lesión de Gordon Hayward, uno de los refuerzos estrella de los Boston Celtics.
No habían transcurrido ni seis minutos del partido inaugural del calendario cuando el delantero -que llegó como agente libre procedente de Utah- sufrió una aparatosa caída que le dejó el tobillo totalmente fuera de su posición natural.
Los jugadores de la banca de los Cleveland Cavaliers, que tuvieron de frente la acción, de inmediato se levantaron con gestos de espanto, mientras LeBron James se fue a sentar cabizbajo e incrédulo.
Los médicos de ambas quintetas y personal se acercaron al número '20' de los Celtics para retirarlo en camilla mientras el público de Cleveland le ovacionaba y tanto compañeros como rivales se acercaban a darle ánimos.
Hayward, quien a reserva del diagnóstico preciso probablemente se pierda toda la campaña, se esperaba que fuera pieza fundamental para que Boston buscara su anillo de campeón número 18 en la NBA.