Los tradicionales campos de futbol en la capital villahermosina, empiezan a escasear, como olvidar los antiguos escenarios de la Ciudad Deportiva, el campo 1 y 2, que en su última remodelación habían sido empastados; ahora ya con una nueva cara, se transformaron y son de pasto sintético, la modernidad les llegó.
La nostalgia le llega a varios elementos que en su juventud pudieron jugar en los campos 1 y 2 de la Ciudad Deportiva, en la otrora desaparecida Liga “Carlos Alberto Madrazo Becerra”, ahora ven como han evolucionado estos terrenos al grado de llegar a ser ya de pasto sintético.
Actualmente, en la Ciudad Deportiva, de todos los campos que están sólo el del Estadio Olímpico, conserva su tradicional superficie, el pasto natural; ya que ni los dos grandes y los de salón conservan su anterior rostro, ahora ya todos tienen el llamado pasto sintético.
Muriendo lento
Pero no sólo en la Ciudad Deportiva están cambiando su fisonomía, ya que en otros espacios como el campo del Infonavit-Atasta, que pasó de ser de natural a sintético; el espacio deportivo de Olimpia XXI, sólo tiene un campo natural, los demás son sintéticos, incluyendo los de salón y futbol rápido.
Sin embargo, los escenarios naturales están perdiendo espacios con respecto a los de sintéticos, en el municipio de Centro, sin contar con los de las villas y rancherías, hay muy pocos campos naturales, sólo nos quedan los ya mencionados de la Ciudad Deportiva y Olimpia XXI; además en de la Manga, Carrizal, Gaviotas y la del Espejo.
Acarrean lesiones
El especialista en medicina deportiva, Isidro Colorado Paz “Chilo Masash”, fue consultado por Grupo Cantón para cuestionarle sobre la repercusión de un futbolista de entrenar o jugar en un campo de pasto sintético.
“Sobre la diferencia que hay entre estos dos tipos de canchas, una de las más grandes es la dureza del piso que tienen las chanchas sintéticas, porque es más común las lesiones en los jugadores, sobre todo en los mayores de 45 años, estos tienen un estado bastante avanzado de la artrosis facetaría, sus rodillas, tobillos y columna están algo desgastadas y por consiguiente se lesiones son más constantes”, comentó el fisioterapeuta.
“Los jóvenes también sufren lesiones del talón de Aquiles, al igual que todos los jugadores sin importar la edad, sufren golpes entre sus propias articulaciones, al brincar y caer de cualquier forma contra el piso duro de concreto, pero con pasto artificial. Al caer también pueden sufrir fracturas de codos, hombros, rodillas, manos”, agregó el popular Chilo Masash.
“Se les recomienda a todos los jugadores, llegar cuando menos 30 minutos antes del juego, para hacer estiramientos y calentamientos, para evitar lesiones musculares en ambas canchas”.