En las gradas del Estadio Azteca, ubicado en Ciudad de México, se abrió una inmensa grieta durante el sismo que sacudió la capital este martes, según la primera versión.
Un video compartido en las redes sociales mostraba cómo se fracturaba la estructura del emblemático estadio tras el sismo que, casualmente, ocurrió el mismo día del devastador terremoto de 1985.
Sin embargo, todo ese rumor se fue disipando conforme transcurría el día, ya que esa abertura en la estructura de las gradas del Coloso de Santa Ursula tiene una explicación.
El mítico inmueble que ha albergado dos Copas del Mundo y vio jugar a dos de los máximos exponentes del futbol mundial, Pelé y Diego Maradona, sufrió una grieta que, según expertos, se debe a la “Junta Constructiva”, la cual permite al inmueble moverse pero sin sufrir daños estructurales.
Diseñado para abrirse
Una imagen espeluznante que se presentó en el fuerte sismo que destruyó varios edificios en la Ciudad de México fue la del Estadio Azteca, con una grieta que atravesaba la tribuna. Pero la inmensa estructura que es emblema de los mexicanos estaba diseñada para absorber esta fractura.
Las fotos mostraban cómo una tribuna del escenario deportivo había sido abierta en dos, en medio de la gradería. Los daños en el estadio hicieron que se cancelara el "clásico joven" entre América de México y Cruz Azul, también debido a los daños que el sismo de 7,1 grados en la escala Richter provocó en todo el Distrito Federal.
A pesar de la impresión que provoca las imágenes de una tribuna abierta en dos, esta es una decisión de diseño de la estructura del Estadio Azteca.
Las grietas en el escenario son en realidad parte de las llamadas "juntas constructivas", las cuales hacen que la fuerza de un temblor de tierra se distribuyan y se concentren alrededor de estas. Así, las juntas se abren y causan la fractura que se ve en la imagen, pero la estructura general de las tribunas se mantiene estable.
Los videos en los que se ve cómo se abre la estructura muestran que esta fractura permite mantener la estabilidad de las graderías, y evitar el colapso de partes de la tribuna. Esto fue importante para sostener al estadio luego del fuerte sismo de 8,1 grados que se produjo el 19 de septiembre de 1985: mientras muchas estructuras fallaron y cayeron, el estadio se mantuvo indemne para recibir el Mundial de 1986.
