“Me preparé para noquear, eso es lo que hice, voy a salir a eso y voy a dar lo mejor de mí, en cualquier momento podrá pasar”, dice Saúl Álvarez durante la entrevista posterior a su llegada, arengado por cientos de seguidores, quienes desde muy temprano se plantaron en el lobby del Hotel MGM, sede de los eventos de la llamada Semana de la Pelea.
Gennady Golovkin, quien bien podría enfundarse en el papel de verdugo, se maneja más ecuánime, es tranquilo, cuando habla vienen los gritos para su rival, pero él no pierde la sonrisa, menos la cordura. Entiende el papel que le toca, porque el vecino del norte no deja de ser una sucursal de la nación tricolor.
Al final, ambos continentes hacen la analogía del bueno y el malo, aunque cada público tiene su manera de ver los roles de éstos, según sus gustos.
Ayer, otra vez el escenario en donde se fraguan y preparan los grandes eventos boxísticos, lució sus mejores ropas, pero además con casa llena, porque aquello de que ésta es la Pelea del Año, para nada desentona en cuanto a expectación y respuesta de los fanáticos.
Justo a las 11:00 horas, cuando el programa dispuso de que se diera el desfile de púgiles que entienden que el sábado 16 de septiembre podría bien apuntarse como la noche de sus vidas, aficionados y curiosos ya ocupaban un sitio para entrarle a la parafernalia que una cartelera tan mediática entrega.
Gennady, el favorito, por el que los buenos apostadores pondrán el fajo de billetes, y quien pretende ser el aguafiestas, fue el primero en aparecer en el pasillo, ataviado con un pants negro y una gorra en la que destacaba el dorado. Glamuroso, pero sin perder esa sobriedad que va a tono con sus frases tan tibias y cortas.
Los títulos CMB, AMB y FIB igual lucieron en todo lo alto, porque el kazajo lo sabe: Saúl es el protagonista, pero él es el Multicampeón Medio. Él le brindó la oportunidad, el de enfrente es el retador.
Apenas algunas expresiones para el kazajo, sólo gritos fugaces, porque tal vez los suyos decidieron entonarse a las formas del europeo, y se dejarán sentir hasta el día del pesaje o de la batalla misma.
Con información de Rodrigo Mojica / ENVIADO, Agencia BASTA!
