Desde el Renacimiento, las mangas grandes y abultadas significaban poder y posición, como se observa en los cuadros de Durero. Y es que el costo de sus tejidos y confección las hacía accesibles únicamente para las familias acaudaladas.
"Las mangas anchas provocan una sensación de domin i o , por eso se observan en los uniformes militares", afirma la especialista en imagen Mayte Requejo.
Resurgen y se imponen Tras la Primera Guerra Mundial, la ropa tuvo que ser más práctica, por lo que se dejaron de utilizar las mangas. Sin embargo, después de los años 40, esta tendencia comenzó a resurgir con casas como Lanvin y Balenciaga, y para los años 80 floreció de manera notable.
Ahora, está de vuelta una vez más en vestidos, blusas y chaquetas, así como en abrigos y trajes de noche; las versiones van desde las clásicas hombreras hasta las tipo mariposa.
(Con información de Agenia Reforma).
