'Mi padre nos enseñó a temprana edad a tenerle amor a la música, no nada más trabajar por dinero, sino trabajar con sentimiento. Nos enseñó también la responsabilidad hacia la música. Todo lo que hemos hecho hasta ahora se lo debemos a él, que siempre nos inculcó ser responsable, ser pulcros y puntuales.
De todos sus hermanos fue el único lector, el leía música. Él era un músico que improvisaba, que muy pocos lo hacen. Era amante de la buena música; su Orquesta preferida fue la de Pablo Beltrán Ruiz.
Nosotros aprendimos mucho de música porque él todos los días nos enseñaba algo nuevo. A mi me enseñó las primeras notas del teclado, me enseñó el 'Do, Re, Mi' con todas sus escalas, nos obligaba a ensayar a diario a mi hermano Luis y a Gustavo Ramírez, este último fundador del Grupo Guarará.
Querido padre: te recordaremos con un hombre de carácter fuerte, el cual sacabas en ocasiones para hacernos hombres de bien. Te recordaremos como una persona carismática, como ese gran ser humano, un señor con un gran corazón, un gran ejemplo de altruismo, pues siempre cuando vendías tus sandwiches los regalabas a quiénes no habían comido. Decías que tu mejor pago eran todos los amigos que tenías'.
