Fue como una de tantas noches que ha regalado el América en el Coloso de Santa Úrsula
y, aunque sólo alcanzó para el empate, la afición salió complacida, porque otra vez sus cremas mostraron mucho orgullo para lograr la igualada 2-2 ante Tigres.
El “Piojo” dijo que los suyos, por corazón nunca van a parar, y eso fue lo que sacaron para al menos no irse con las manos vacías, aunque a cambio alargaron su buena racha a cinco partidos sin derrota.
Y es que esta vez, más allá de que la las Águilas fueran vapuleadas o dominadas por el conjunto norteño, más bien salieron poco atinadas frente a la potería, lo que las condenó a tener que brindar un regreso de esos, a lo América, entre comedero de uñas y con el cuchillo entre los dientes.
Del lado felino, Ricardo Ferretti extrañamente se guardó a André-Pierre Gignac, y a cambio mandó a solo un delantero nominal como Enner Valencia, además con dos tipos muy peligrosos por las bandas, como lo son Jürgen Damm y Javier Aquino. Con eso le bastó.
Reza un dicho que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, que en la tercera ocasión que Damm desbordó fue fauleado en el área, por lo que el árbitro del partido, Marco Antonio Ortiz, decretó el penalti, que validaría Valencia cobrando al centro.
Y fue tras tomar la bola, darle sentido y alejar el peligro, que en una pincelada que parecía alargarse, William hizo piernas y al quedar dentro del área, definió por debajo de las piernas del arquero felino. Da Silva justificó repetir como estelar.
Para cerrar una muy emocionante primera parte, Marche se mandó la que hasta ese momento era la atajada del partido, pues con certero manotazo evitó el de la diferencia para el regio.
Juegazo
Para el complemento, aunque la casa quiso tener la posesión, con el paso de los minutos los universitarios ganaron terreno y el duelo parecía destinado a una buena pincelada, o un error del contrario, según fuera el caso.
Mientras, la entrada de Gignac le brindaba más opciones a un forastero que buscaba una para sentenciar el encuentro.
Y otra vez Valencia, quien estuvo oportuno para la cita con la redonda, luego de un buen centro de Javier Aquino, vacunó con fuerte riflazo al cancerbero del milloneta.
Y, en un tiro de esquina, Alex Díaz, un chavito hecho en el Nido, encontró la bola y la anidó para el empate.
(Con información de Rodrigo Mojica, Agencia Basta!).