Un deseo incontenible de probar en carne propia los sabores que enólogos y chefs han logrado extraer del Valle de Guadalupe, así como compartir el ferviente entusiasmo de quienes ya lo han recorrido, lleva a escaparse hacia esta zona de Baja California.
No importa si el viajero llega por primera o enésima vez, en esta exquisita región, ubicada a poco más de 100 kilómetros de Tijuana, siempre hay algo nuevo por probar. Así lo avala Pilar Meré, presidenta de la Asociación Mexicana de Sommeliers, quien la visita desde hace 17 años.
"Beber vino se ha vuelto una moda que está en camino a convertirse en una tendencia, y el enoturismo y el gastroturismo ayudarán a lograrlo. La industria vinícola en México no podría por sí sola.
"Por acá siempre hay un nuevo productor, creando algo distinto para el consumidor. Te encuentras con nuevas mezclas o procesos, incluso hasta con alguna nueva uva", comenta.
Voces conocedoras
Este verano, muchas hablan del restaurante Fauna, abierto hace dos meses dentro del complejo enoturístico Bruma, en pleno Valle de Guadalupe. Ahí, el chef David Castro Hussong seduce el paladar con ingredientes que obtiene en su huerto, en las granjas del área y en el mar vecino y, por supuesto, de su inspiración, cultivada con influencias asiáticas, mediterráneas y estadounidenses.Las delicias en Fauna sobran: se puede pedir desde un pepino relleno con centollo y pulpo o un caldo frío de espárragos con algas y chía hasta un aguachile de bonito con cebolla tatemada y semillas de mostaza o un pato al horno bañado en su propio jugo. Todo maridado con vinos.
Zona de vinos
De acuerdo con la Oficina de Turismo de Baja California, tan sólo en el Valle de Guadalupe hay 49 restaurantes y 57 vinícolas, como Decantos Vinícola o Monte Xanic, por mencionar algunas.Para recorrer en forma la Ruta del Vino, entonces habrá que prometer un pronto regreso –en calma y con tiempo–, tal como transcurre la vida en este prodigioso terruño y sus valles vecinos.
(Con información de Agencia Reforma).
